-
5
años de la muerte de Pablo VI
-
A
Dios nadie lo engaña
-
A la búsqueda de Dios
-
A
la búsqueda del Salvador
-
A la
escucha de Dios
-
A la puerta
de tu dolor
-
A la
vera del camino
-
A
las puertas de tu cielo
-
A
las fuentes del cristianismo
-
A las
puertas de tu alma
-
A
las raíces de mi vida
-
¿A quién
recurro?
-
¿A quién
tenemos miedo?
-
A
un recién bautizado
-
Abejas en
primavera
-
Abiertos a Dios
-
Abrir las
ventanas a Dios
-
Abrir los ojos al bien
-
Abrir los ojos del alma
-
Abrir una rendija para Dios
-
Abrirme a
la acción de Dios
-
Abrirme al amor de Dios
-
Abrirse a
Dios
-
Abrirte
una rendija
-
Acercarse a
Dios tras el pecado
-
Acoger el
Amor de Dios
-
Acoger tu Amor
-
Acometer
-
Actuar
desde el amor
-
Adán
y el juicio final
-
Adultos con corazones jóvenes
-
Adviento: camino y pórtico
-
Agua cristalina
-
Ahora Cristo es más mío
-
Aire
fresco
-
Aire fresco
-
Al hacernos
la señal de la cruz
-
Al
rescate de la conversión
-
Alegrar el
corazón de Dios
-
Alegrías
malsanas ante el caído
-
¿Alejamos o acercamos a Cristo?
-
Ajedrez y vida espiritual
-
Algo más valioso que la ayuda
-
Alguien
nos ama, a pesar de todo
-
Anhelar al Dios me ama
-
Allí
está Dios
-
Altura
-
Ama
y sé feliz
-
Amados
por un Padre bueno
-
“Amigo que nunca falla”
-
Amigos en
la búsqueda de la verdad
-
Amor a
Dios, amor al hermano
-
Amor de
Dios y Redención
-
Amor que genera amor
-
Amor sin
reflectores
-
Año nuevo, ¿sin
cansancios?
-
Anclado
en la esperanza
-
Ante
Cristo
-
Ante
Dios, ¿excusarse o acusarse?
-
Ante Dios y
ante los hombres
-
Ante el
avance del mal
-
Ante el dolor
-
Ante
hechos inesperados
-
Ante la
fragilidad humana
-
Ante la muerte
-
Ante
la vida
-
Ante
las malas noticias
-
Ante las tentaciones
-
Ante lo que
somos y hacemos
-
Ante los demás, ante la conciencia, ante Dios
-
Ante dolores que nos superan
-
Ante los golpes de la vida
-
Ante nuestro tiempo
-
Ante nuestros pecados
-
Ante tu
mirada
-
Ante tu Palabra escondida
-
Ante un arroyo de montaña
-
Ante un
fracaso
-
Ante un pedazo de pan
-
Ante
una brasa de esperanza
-
Ante una
enfermedad inesperada
-
Antídoto contra la desesperanza
-
Año
de la Eucaristía
-
Año
nuevo, vida vieja
-
Anunciar
el Evangelio sin desanimarse
-
Anunciar
la Pascua
-
“Aparta de tu pecado tu vista”
-
Apoyarse en Dios
-
Aprender a juzgarme a mí mismo
-
Aprender a orar
-
Aprendices en la vida espiritual
-
Aquello que llevamos dentro
-
Arriesgar
-
Arrepentimiento
-
Aristóteles, ética y pasiones
-
Astillas y
espinas
-
Astros en el cielo
-
Aturdidos
-
Autoabsoluciones
-
Aunque
pecador, me uno al canto de tus creaturas
-
Autorrealización cristiana
-
¿Autorrealización o
conversión?
-
Aventajados
y desventajados para la santidad
-
Avisos para
hablar menos y ser buenos cristianos
-
Ayudar a un
seminarista en dificultades
-
Ayudas tras un error
-
¿Basta
con pedir perdón?
-
Bendito el hombre que confía en el Señor
-
Bienes que
ayudan para el camino
-
Billete abierto
-
Busqué
a Dios
-
Cabina de mando
-
Cada cumpleaños...
-
Cada
existencia
-
Cadena de
hechos
-
Cadenas del pasado
-
Caer y levantarse
-
¿Cambian
los corazones de piedra?
-
Cambiar
de aires
-
Cambiar:
más sencillo de lo que parece
-
Cambios y
permanencias
-
Caminantes de la vida
-
Caminar
-
Camino incierto
-
Caminos de
conversión
-
Caminos diferentes,
idéntica meta
-
Caminos de
Evangelio
-
Cansancios
-
Cantar
a María
-
Caridad:
en el centro, mi hermano
-
Caridad
oculta
-
Caridad
y Eucaristía
-
Carta
a quien busca un camino verdadero
-
Carta a un
joven en camino
-
Cenar con Cristo
-
Cielo: patria eterna
-
¡Cierra
los ojos!
-
Cinco peligros contra el amor de Dios
-
Clandestinos por su fe
-
Comentarios al salir de misa
-
Incertezas
-
¿Cómo conozco a Jesús?
-
Como Marta,
acogerte en casa
-
¿Cómo
me ama Dios?
-
Cómo
ofrecer el Evangelio
-
¿Cómo
reconocer lo que es bueno para mí?
-
Como un hijo que ama a su Padre
-
Como un mendigo
-
Como
un niño en las manos de Dios
-
Compañeros
de viaje
-
Compartir las penas
-
Con cariño
-
Con la brisa del mar
-
Con la
mirada puesta en Cristo
-
Con la
mirada puesta en Jesús
-
Con los ojos de Cristo
-
Con
los ojos en el cielo
-
Con los ojos frescos de un niño
-
Con
María hacia Dios
-
Con
mis miedos a cuestas
-
Con permiso, Dios
-
Confesar a Cristo
-
Confesión “egocéntrica” y confesión “teocéntrica”
-
Confiar en Dios a lo largo del camino
-
Confiar en la Providencia de Dios
-
Confío en
tu decisión, Señor
-
Conocer y amar a Cristo
-
Consejos
después de una homilía
-
Consolar a quien me consuela
-
Contra la
tibieza, Eucaristía
-
Contrariedades
-
Conventos
para sanear el mundo
-
Conversión y mensaje cristiano
-
Convertirse y reparar
-
Convivir con los defectos
-
Corresponder a
la gracia divina
-
Creo en la misericordia divina
-
Cristianismo, vencedores y vencidos
-
Cristianismo y espiritualidad
-
Cristianos de
nombre y de apellido
-
Cristo, el primer grano de trigo
-
Cristo
como consuelo humano y divino
-
Cristo en
camino
-
Cristo,
libertad y verdad
-
Cristo nos da la vida
-
Cristo
Redentor
-
Cristo
Salvador
-
Cristo
será tu alegría...
-
Cristo y Juan
-
Cristo
y la Iglesia: Carta de Tolkien a su hijo
-
Cristo y la historia
-
Cristo y la historia
-
Crónicas
desde el cielo
-
Cuadros
-
¿Cuál sería el grado de mi felicidad?
-
¿Cuáles
son mis apoyos?
-
Cuando corregir es ayudar
-
Cuando Dios cura las heridas
-
Cuando Dios no da lo que pedimos
-
Cuando Dios llama al pecador
-
Cuando Dios quita, Dios da
-
Cuando el
Evangelio nos cambia
-
Cuando el
Evangelio resulta difícil
-
Cuando el
Evangelio resulta difícil
-
Cuando el
fracaso nos abre a Dios
-
Cuando el
futuro parece oscuro
-
Cuando ganan los perdedores
-
Cuando
hablo con Dios
-
Cuando
hacemos algo bueno
-
Cuando la lluvia llega
-
Cuando la santidad es fácil
-
Cuando la víctima vence al verdugo
-
Cuando las
derrotas generan victorias
-
Cuando
llega el final de mi mundo.
-
Cuando llega la cruz
-
Cuando llega una desilusión
-
Cuando
llega una propuesta
-
Cuando
llegamos a la cima
-
Cuando orar se hace cuesta arriba
-
Cuando pedimos favores
-
Cuando
queremos controlar a Dios
-
Cuando se
llega a un muro
-
Cuando
solamente me quedas Tú
-
Cuando
somos realmente felices
-
Cuando
sufre un ser querido
-
Cuando
sufrir es bello
-
Cuando un
corazón se convierte
-
Cuando una
sonrisa serena el alma
-
Cuando vale la pena todo riesgo
-
Cuando ya lo hemos intentado todo...
-
Cuando ya solo nos queda Dios
-
¿Cuándo desvirtuamos la cruz de Cristo?
-
Cuanto
vales
-
¿Cumplí o no cumplí?
-
Curar la ceguera de la soberbia
-
Curar las
cegueras del alma
-
Damos lo que hemos recibido
-
Dar
a Cristo
-
Dar de comer al hambriento
-
Dar el
primer paso
-
Dar gratis lo
que gratis se nos dio
-
Dar
o no dar limosna
-
Dar una
mano para ayudar
-
De
la vergüenza al perdón
-
Decisiones: algo nuevo en el mundo
-
Decisiones desde el amor y para el amor
-
Decisiones
grandes, decisiones pequeñas
-
De corazón de
piedra a corazón de carne
-
De
Joseph Ratzinger a Benedicto XVI
-
De nuevo,
perdón
-
Decadencias y renovaciones
-
Decisiones
difíciles
-
Decisiones malas, decisiones
buenas
-
Dedicar mi
tiempo para Dios
-
Dejar la condena para pedir perdón
-
Dejar la
levadura vieja para ser antorchas en Cristo
-
Dejar la voluntad propia y seguir a Cristo
-
Dejar mi vida entre tus manos
-
Dejar para crecer
-
Dejar
un lugar a Dios
-
Dejarme encontrar
por Cristo
-
Déjame
esperar, Señor
-
Dejarme llamar por Cristo
-
Dejarnos amar por
Dios
-
Dejarnos
esculpir por Dios
-
Del pecado a la
gracia
-
Descontento
-
Descubrir
a Cristo como Amigo
-
¿Desde
dónde surge la fe?
-
Desde un
susurro divino
-
Desde el paso del tiempo
-
Desde el pecado hacia la misericordia
-
Desde el pecado
hacia el amor
-
Desde el pecado hacia la misericordia
-
Desde el perdón, con
un “gracias”
-
Desde el peso del
pasado
-
Desde el pozo, hacia el cielo
-
Desde el no hacia el sí
-
Desde la dispersión a la unidad
-
Desde mi
pecado
-
Deseos y
realidad
-
¿Desgracias
incomprensibles?
-
Decisiones
con Dios
-
Desilusiones y esperanzas
-
Despedidas sin
reflectores
-
Despertar el “perro de la
conciencia”
-
Después de
una derrota
-
Detrás de cada santo
-
Detrás de estadísticas y gráficos
-
Detrás de una gota de miel
-
Día de los difuntos
-
Discernimiento dentro de la Iglesia
-
Discernimiento y confianza en Dios
-
Discusiones que llevan a perder tiempo
-
Dificultades en el camino hacia el bien
-
Dificultades y vida cristiana
-
Dios a la
puerta de mi alma
-
Dios ante
el drama humano
-
Dios
comparte porque ama
-
Dios
dirige mi vida
-
“Dios está aquí”
-
Dios existe y se
llama amor
-
Dios,
farolas y estrellas
-
¿Dios ha
dejado de hacer milagros?
-
Dios, hombre y
religiones
-
Dios, que
me conoce de verdad, me ama
-
Dios me busca cada día
-
Dios me busca sin
descanso
-
Dios me busca sin descanso
-
Dios me poda poco a
poco
-
Dios, mi Creador, mi Padre
-
Dios misericordioso,
incomprensible...
-
Dios no quiere el pecado,
pero lo permite
-
Dios
se acerca cada día
-
¿Dios sufre desengaños?
-
Dios te ayuda si te dejas
-
¿Dios
tiene que hacer algo más?
-
Dios, un
Amor gratuito y sorprendente
-
Dios viene a mí
-
Dios y el
mundo creado
-
Dios y los
males de cada día
-
Dios y mi
pasado
-
Dios y su plan sobre mi vida
-
Dirección
espiritual y escucha de Dios
-
Dispersiones que desgastan
-
Disponerse a la acción de Dios
-
Disponible A
-
Disponibilidad desde el amor y para amar
-
Dolor de
atrición, dolor de contrición
-
¿Dónde ha quedado Dios?
-
¿Dónde
invierto mi vida?
-
¿Dónde me
encuentro ahora?
-
Dos
corrientes
-
Dos incendios con resultados diferentes
-
Dos mil
años de cristianismo
-
Dos
miradas al universo
-
Dos oraciones
diferentes
-
Dos
preguntas decisivas
-
Dos tipos
de corazones
-
El abad
Teodoro y el problema del mal
-
El Aleluya de la Pascua
-
El amor que
eterniza el tiempo
-
El amor
que me salva
-
El amor que
nos define
-
“El arte
del vivir” según Florenskij
-
El avance
incontenible del bien
-
El bien
que todos deseamos
-
El bien y la belleza
-
El don magnífico de la voluntad
-
El cambio
de los discípulos
-
El camino del grano de trigo
-
El camino
sencillo del Evangelio
-
El celibato sacerdotal, ¿incomprensible?
-
El consuelo divino
-
El cordero
y la jauría
-
El
cristianismo en pocas palabras
-
El cristianismo y sus
paradojas
-
El
Crucificado, el Resucitado
-
El deseo
de la meta
-
El despiste
de un monje
-
El dolor tras el pecado
-
El
drama de Boromir
-
El empuje
decisivo
-
El
escándalo del mal
-
El esfuerzo en la oración
-
El
Evangelio que salva
-
El final de
una novela
-
El gran
error de la inmisericordia
-
El gran regalo de la redencion
-
El
hombre y la finalidad del mundo
-
El icono
para deshacer errores y la vida
-
El infierno como fracaso del amor
-
El
inicio de la vida cristiana
-
El instinto de
la vida eterna.
-
“El lenguaje de Dios
es silencioso”
-
El mal
derrotado y moribundo
-
El mal, el hombre y Dios
-
El mapa y la vida
-
El
maravilloso plan de Dios
-
El mayor mal, el pecado
-
El misterio
de cada corazón
-
“El mundo gira, la
cruz permanece en pie”
-
El niño que llevamos dentro
-
El nombre de una estrella
-
El
origen de la vida
-
El padre
abad y la donación de sangre
-
El pecado ante el Amor
-
El
pecado y la santidad
-
El
poder de la humildad
-
El programa de mi
día
-
El radar
del alma
-
El rescate definitivo
-
El reto de
ser profeta
-
El saber, ¿ganancia
o peligro?
-
El sacramento de la caridad
-
El secreto de la
felicidad
-
El segundo plan de Dios
-
El Sembrador
-
El signo universal de la Cruz
-
El Sudoku de la vida
-
El sueño del hombre y el sueño de Dios
-
El
trabajo humilde de Dios
-
El viaje de regreso
-
El viento en una
tarde de verano
-
Ellos no
tienen culpa
-
Empezar
ejercicios espirituales
-
En camino hacia Dios
-
En el centro de la Pascua
-
En el
corazón del cristianismo: la alegría
-
En el
inicio, la misericordia
-
En el poso de mi alma
-
En
el teatro del alma
-
En las
manos del Dios
-
En momentos de dificultad
-
¿En qué he
fallado?
-
En qué
manos estoy
-
Enamorarse
hasta dar la vida
-
¿Encontrará fe sobre la tierra?
-
Encuentros
en el camino
-
Engañados
por nosotros mismos
-
Entre el bien y el mal
-
Entre el
egoísmo y el amor
-
Entre el gozo y la tristeza
-
Entre el
pasado y el futuro
-
Entre sombras y
luces
-
Entre sombras y luces
-
Entre un origen y una
meta
-
Enviados de Dios
-
Errores y pecados
-
Esa fe que
tanto anhelamos
-
¿Está mi futuro en algún
libro?
-
¿Es bueno desear la conversión de alguien?
-
Es
bueno que tú existas
-
¿Es difícil la santidad?
-
¿Es inevitable tu derrota?
-
Esa
esperanza que nos guía
-
Esperanza ante lo difícil
-
Esperanza
en acción
-
Esperanzas
que se posponen
-
Esperar más allá de la tormenta
-
Ese Job
que llevamos dentro
-
Ese
misterioso silencio de Dios
-
¿Estamos abiertos al
Evangelio?
-
¿Estamos listos para
la conversión?
-
¿Estamos seguros de que seremos buenos?
-
Estar
atentos al bien que Dios pide
-
Estar mal por mi propia culpa
-
Eternidad que mueve
-
Estrellas en la tierra
-
Evangelio de misericordia
-
Evangelios
mutilados
-
Evangelizar desde la oración
-
¿Existe un antivirus
contra el pecado?
-
¿Existe un
derecho a ser amados?
-
Expectativas y realidades
-
Experiencia de Cristo y misión
-
Hacia la verdad, desde el amor
-
Heterosuperación
-
“Dar de comer al
hambriento”
-
Día
de la Madre, día de la Iglesia
-
“Dichoso el hombre que da”
-
Dios, meta definitiva del vivir humano
-
Dios,
un Padre vulnerable
-
Dios
y los mensajes “spam”
-
Dios y mi corazón
-
Dios y
tu necesidad
-
Domingo,
día del Señor y día de la familia
-
Dos
jilgueros y un nido
-
El
anhelo de un encuentro
-
El
amor que mueve a todo el universo
-
El cambio climático y la oración del
campesino
-
El
Camino vino a nuestro encuentro
-
El
ciego de nacimiento
-
El cielo en la tierra
-
El
cielo y la tele
-
El diablo y el Crucificado
-
El domingo,
un día para Cristo
-
El don de la fe
-
El
gran regalo de la Redención
-
El
futuro, en las manos de Dios
-
El
incendio
-
El
jubileo termina, Cristo permanece
-
El
mejor regalo para un enfermo: el sacerdote
-
El
misterio de la luna
-
El momento presente
-
El pecado
como camino hacia la nada
-
El
regreso
-
El sacerdote, pastor y guía espiritual
-
El
sí a Dios
-
El
sí a la vida de quien sufre con amor
-
El
tejido de la vida
-
El
tiempo como regalo de Dios
-
Empezar a vivir en plenitud
-
En el centro, el otro
-
En el día de la Ascensión
-
En el mundo de la misericordia
-
“En espera del sacerdote”
-
En la Asunción de la Virgen
-
En
medio de nosotros...
-
En
nuestras manos
-
En
tu camino
-
¿Entrar en la historia o en la eternidad?
-
Envenenadores de almas
-
Eros y ágape: ¿incompatibles o
complementarios?
-
¿Es duro
el Evangelio?
-
Es hora de
abrir horizontes
-
Esperar más allá de la ciencia
-
Ese pasado
desconocido
-
Fiesta
grande en los cielos
-
Fe cristiana y alma humana
-
La
fe de los pequeños
-
Fe
en Cristo desde la Iglesia
-
¡Feliz
cumpleaños, Jesús!
-
Felicidad cuando uno da con cariño
-
Fidelidad como amor continuado
-
Fidelidad en las cosas pequeñas
-
Fidelidades sanas
-
Frente
a la cruz
-
Frente al dolor
-
Frente al espejo
-
Gente importante
-
Gestos asequibles
-
Gestos
esperados que tanto ayudan
-
Gestos pequeños de
significado grande
-
Globos que vuelan lejos
-
Glorias
de papel
-
Golpe de
timón
-
Golpe tras
golpe, con esperanza
-
Gracias a
Dios, hay gente buena
-
Gracias a Dios, sólo hubo heridos
-
Gracias a los voluntarios por la vida
-
¡Gracias, Amor
eterno!
-
Gracias,
de corazón, gracias
-
¡Gracias por ser sacerdote!
-
Gracias por tu perdón
-
Gracias a un consejo
-
Grietas en el alma
-
Grietas en los cimientos del
alma
-
Hablar de
Dios con alegría
-
Hablar con
Dios desde lo que llevamos dentro
-
Hablar con Dios en lo sencillo
-
Hablar
con la Madre, hablar con María
-
Hablemos sobre Dios, hablemos con Dios (La Estrella de
Panamá)
-
¿Hacemos
lo que queremos?
-
¿Hacer más o
hacer mejor?
-
Hacer
presente a Cristo
-
Hacia
el encuentro con la Vida
-
Hacia la imagen verdadera
-
Hacia la meta definitiva
-
Hacia la
parada final
-
Hacia la verdad completa
-
Hacia la verdad, desde el amor
-
“Hay”
-
¿Hay oraciones
no escuchadas?
-
Hay
personas que cambian
-
¿Hay
que ser católico para salvarse?
-
¿Hay un Evangelio para cristianos de segunda clase?
-
Hechos para amar
-
Heridas del pasado
-
Heridas que ahogan el alma
-
Heridas que no acaban de cerrar
-
Hermanos
por tener a Dios como Padre
-
Historias diferentes
-
Historias
en la estación de metro
-
Hitos decisivos de la historia humana
Hoja de
ruta hacia Dios
-
Hombres
de oración, cristianos sin riesgo
-
Huellas en el alma
-
Huellas
en la playa
-
Huir del
mal y optar por Cristo
-
Huracanes
-
Ideas
de Dios y oración
-
Ideas encorazonadas
-
Iglesia evangelizada y evangelizadora.
-
Iluminadores de almas
-
¿Imágenes
eternas?
-
Incertezas
-
Inmunes al desaliento
-
Insatisfacciones que vienen de Dios
-
Insustituibles
-
¿Interesarme
por mi grado de santidad?
-
Invitados a la conversión
-
Ir a lo esencial
-
Jesús, Dios y Hombre
-
Jesucristo, Sacerdote
-
Jóvenes... y sacerdotes
-
Juicio y
misericordia
-
Junto a
quien sufre y llora
-
Junto al
pecador
-
Justicia y
existencia de Dios
-
La
alegría de ser misionero
-
La alegría,
¿un mandamiento?
-
La anciana
y el filósofo
-
La angustia de un monje joven
-
La batalla de la vida
-
La belleza de lo ordinario
-
La
belleza del arrepentimiento
-
La belleza
valiente de la fe
-
La belleza
valiente de la fe
-
“La caridad es paciente”
-
La caridad fraterna
-
La campana
del monasterio
-
La coherencia en la vida de
un cristiano
-
La
conciencia como heraldo de Dios
-
La
condena del hombre y la “condena” de Dios
-
La
confesión desde Dios
-
La
confesión como un bautismo continuo
-
La
conversión sí, pero ¿ahora?
-
La
división diabólica
-
La
hora del combate
-
Llega un regalo
-
Lo esencial
-
La
espera
-
La
evolución con final feliz
-
La
factura del pecado
-
La fe,
don misionero
-
La fe en
mi vida ordinaria
-
La fe
según san Juan de Ávila
-
La
fecundidad plena
-
La
fidelidad de un humilde fraile
-
La
flor y el sueño
-
La
formación espiritual de cada día
-
La fuerza de los débiles: la fe
-
La
gula espiritual
-
La
historia que Dios escribe cada día
-
La
hora de la persecución
-
La
humildad
-
La
misericordia ante el mal
-
La llave del corazón
-
La lluvia como bendición
-
La lluvia
como don
-
La lluvia, el
Sol, y Dios
-
La
lucha entre el bien y el mal
-
La
irrupción definitiva del bien
-
La incierta hora definitiva
-
“La mente de Cristo”
-
La meta definitiva
-
La Misa y el
trato directo con Dios
-
La muerte
como umbral que da sentido
-
La oración de un secuestrado
-
La oración
y “El peregrino ruso”
-
La orquesta
-
La
paciencia misericordiosa de Dios
-
La pregunta
por Cristo
-
La
propuesta de un monje
-
La
puerta estrecha, el corazón grande
-
La
purificación
-
La renuncia
cristiana
-
La
sed
-
La
tristeza y el gozo
-
La Virgen del Evangelio
-
La
vigilancia cristiana
-
La
voz suave del Dios que llama
-
Las
ataduras del pasado
-
Las
lágrimas del Papa
-
La lucha
entre el bien y el mal
-
La lucha y
el cansancio
-
La
noticia más importante
-
La
paciencia de Dios
-
La perspectiva justa
-
La
plenitud del amor
-
La
relación personal con Dios
-
La
segunda tentación
-
La
tentación del “para después”
-
La tentación del "solo por esta
vez"
-
La única
Cruz que salva
-
La
verdadera causa de la alegría
-
La voz de Cristo
-
La vida que
ahora tenemos
-
Lágrimas acogidas por Dios
-
Lamentaciones
-
Las consecuencias de la
gracia
-
Las
decisiones de cada día
-
Las ideas que plasman mi alma
-
Las
lágrimas del profeta
-
Las
nubes llegan, las nubes pasan
-
Las
puertas de nuestro corazón
-
Las sorpresas de Dios
-
Las
urgencias más urgentes
-
Leer el Evangelio antes de la misa
-
Leer la
propia vida
-
Levantar el corazón
-
Limitado,
grande, y amado por Dios
-
Límites
-
Llevar los corazones a Cristo
-
Llaves de misericordia
-
Lo mejor
-
Lo
que cambia y lo que dura
-
Lo que dura para siempre
-
Lo que hago con mi vida
-
Lo
que hubiera sido mi vida si...
-
Lo que más
necesita el alma
-
Lo
que queda en el alma
-
Lo que
vale la pena recordar
-
Los ángeles del cielo
-
La
voz de Cristo que cambia los corazones
-
La alegría
del sí a Dios
-
La
paz que viene de Dios
-
Llevar el Evangelio desde Dios
-
Lo pequeño y lo
grande
-
Lo que me
lleva a actuar
-
Lo
que sale del corazón del hombre
-
Lo que se
rompe
-
Los ojos de Dios
-
Los
planes de Dios
-
Los rostros anónimos de cada día
-
Los Salmos ante las pruebas
-
Lourdes
como mensaje de pobreza
-
Luces en una noche oscura
-
Luz
y tinieblas
-
Madre de la divina misericordia
-
Madurar en Dios
-
Malos
ejemplos, buenos ejemplos
-
Mandamientos:
¿prohibiciones o caminos para crecer en el amor?
-
Mandamientos y
espiritualidad
-
Manantiales
-
Manos amigas después de un fracaso
-
Maravillas de Dios
-
Marcianos
en la tierra
-
María y los protestantes
-
Más
allá de cada biografía
-
Más allá de la tentación
-
Más allá de mi
contexto, Jesucristo
-
Más allá del
cansancio
-
Mártires: ¿cómo lo lograron?
-
Me buscas
porque amas
-
Me
equivoqué y volveré a equivocarme
-
Me escribo cada día
-
Meditar para
conocer el amor
-
Merecer un
castigo
-
“Mi amor es mi peso”
-
Mi pecado
ante Dios
-
Miedo al pecado
-
Miedos y
miedos
-
Mimados por Dios
-
Miradas
-
Miradas al futuro
-
Misericordia que cura y que fortalece
-
Misioneros, ¿una semana o todo el año?
-
Misterios de lo profundo
-
Mis
pecados, ¿le interesan a Dios?
-
Mística y ascética
-
Momentos de agobio
-
Momentos de alivio
-
Momentos de silencio
-
Momentos
de soledad
-
Momentos de
transición
-
Momentos
decisivos
-
Momentos
duros en la vida
-
Momentos
históricos
-
Momentos para la reflexión
-
Muerte
y vida
-
Navidad:
alguien que me espera con cariñon
-
Necesitados de Dios
-
Necesitados de cariño
-
Necesitados
de una gran esperanza
-
Necesitamos pensar en el cielo
-
Necesito
-
Necesito tu fuerza, Señor
-
No
era como lo esperaba
-
“No
estoy en la lista”
-
No
exponerse a la tentación
-
No hago
mal, pero, ¿hago el bien?
-
No
juzgar para no ser juzgados
-
No
somos lo que queremos ser
-
Nos acercamos a Ti, Señor
-
Nuestro ángel de la guarda
-
Nuevos sacerdotes para evangelizar
-
Ofrecer sacrificios por los pecadores
-
Ofrecer un consejo
-
Ofrecerse para ayudar
-
Ojos limpios
-
Opciones
buenas
-
Oración continua y caridad
-
Oración por el buen uso del tiempo
-
Oraciones
abiertas a Dios
-
Oraciones
para una pausa en la vida
-
Oraciones por la lluvia
-
Orar
desde la vida
-
Orar por los hermanos en la fe
-
Ordenaciones desde el cielo
-
Oscuridad
y luz
-
Oteadores
del futuro
-
Paciencia
con cariño
-
Padres de
nosotros mismos
-
Páginas de un diario
-
Palabras en la
diana
-
Para
alcanzar el perdón de los pecados
-
Para
amar se necesita creer
-
Para cambiar de vida
-
Para el tiempo y para lo eterno
-
Para entender el pecado
-
Para escuchar a Dios
-
Para
escuchar la llamada de Dios
-
Para no chantajear a Dios
-
Para
no dejar de hacer lo bueno
-
Para no
dejarse amargar
-
Para no
ser absorbidos por el mundo
-
¿Para qué sirve la vida?
-
Para recordar el cielo
-
Paradas en la vida
-
Pascua: 50 días para cantar ¡Aleluya!
-
Pascua: el
triunfo del amor misericordioso
-
Pascua y misión
-
Paso a
paso hacia Dios
-
Pasos para volver a casa
-
Pasos pequeños en la vida del alma
-
Pasos pequeños en la vida espiritual
-
La
patología en lo humano
-
Pecado
-
Pecado y misericordia
-
¿Pecados
“pequeños”?
-
Pecados y pecados
-
Pedir a Dios por nuestros pastores
-
Pedir ayuda y encontrarla
-
Pedir y ofrecer oraciones
-
Pena
ante el vandalismo anticristiano
-
¿Pensamos
en el Cielo?
-
Pensar en la vida eterna
-
Pentecostés, fiesta grande para la
Iglesia
-
Pequeños
pasos
-
Persecuciones que son motivo de gloria
-
Peregrinos
-
Pereza y
diligencia
-
Personas
amables
-
Personas de
luz
-
Personas en
el camino
-
Personas
que saben acoger
-
Planificar
un nuevo día
-
Pocas
Palabras
-
Podemos cambiar, ¿hacia dónde?
-
¿Podemos
hablar de culpa?
-
Poder compartir,
poder escuchar
-
Podemos, con
la ayuda de Dios
-
Poesía e historia
-
Poner amor en lo que hacemos
-
Ponerme entre tus manos
-
Por amor a
Cristo y a su Iglesia
-
¿Por qué
cuesta creer en los milagros?
-
¿Por qué
hay tantos que no creen?
-
¿Por qué lucho? Por lo que
creo
-
¿Por qué no repites ese milagro?
-
Por tantas ayudas, ¡gracias!
-
Pórtico y banquete
-
Posponer
-
Preguntas
esenciales
-
¿Presumir de
las propias debilidades?
-
Prevenir epidemias en los corazones
-
Profeta, ¡no te canses!
-
Pudo
haberse evitado
-
¿Puede
ser “útil” el mal?
-
Puerta abierta al Evangelio
-
Purificación y
verdad
-
¿Qué deseo en un
año nuevo?
-
¿Qué
es la Iglesia?
-
¿Qué
llevo en mi corazón?
-
¿Qué
meta guía mis pasos?
-
Que no se cansen los buenos
-
¿Qué pedimos en la oración?
-
¿Qué
quiere Dios de mí?
-
¿Qué
siente Dios?
-
“¿Qué ha traído Jesús al mundo?”
-
¿Qué se
entiende por ventaja evolutiva?
-
Querer
ayudar sin saber cómo
-
Queremos ser queridos
-
"Queremos ver a Jesús"
-
“Querido
Dios Padre”: una niña escribe a Dios
-
¿Quién
manda en mi interior?
-
“Quiero ir a Jerusalén”
-
Quizá
no escuchamos a Dios
-
Realismo y salvación
-
Recibir
-
Recoger velas
-
Recomenzar
-
Recordar lo mucho que Dios nos ama
-
Recuerdo,
pecado y misericordia
-
Refugios
-
Regalos
-
Rencores que carcomen el alma
-
Renunciar
y negarse para ser libres y felices
-
Reparar
-
Reparar el mal de la calumnia
-
Resistir a la tentación desde el inicio
-
¿Rezamos por
los sacerdotes que confiesan?
-
Rezar desde
una confianza atrevida
-
Rezar por la
lluvia
-
¿Reuniones o confesiones?
-
Rico en misericordia
-
Riesgos
malos, riesgos buenos
-
Ríos,
vientos y encinas
-
Riquezas y
servicio
-
Romper las cadenas de la violencia
-
Romper las cadenas del pecado
-
Sacramentos: en el núcleo del cristianismo
-
Sacrificio y amor
-
Salir al encuentro del necesitado
-
Salir de las trincheras
-
Salir de la tibieza hacia el amor
-
Salir de lo pequeño, respirar en grande
-
Salir del
túnel del pecado
-
Salvación
-
Santidad al
alcance de todos
-
Santidad
desde lo pequeño
-
Satisfacciones
inmediatas
-
Satisfechos e insatisfechos
-
Se
buscan santos
-
“¿Se
puede programar la santidad?”
-
¿Se puede
“superar” el pasado?
-
Sed de amor
-
Seguridades en Dios
-
Sembradores de paz
-
Sembradores
del Reino de Cristo
-
Sencillos como las aves del cielo
-
Señales
del Amor de Dios
-
Ser consolado
para consolar
-
Ser
cristiano desde Cristo
-
Ser fieles
a Cristo, ¿puede provocar
-
Ser
invitado
-
Ser justos
ante Dios
-
Ser
perdonados y perdonar
-
¿Será que Dios es
difícil?
-
¿Será
que Dios es difícil?
-
¿Servir a los hombres o a
Dios?
-
Si Dios es
Amor, me toca amar
-
Si
hoy predicase Qohelet...
-
Si me dejo envolver
por Ti
-
Silencio y escucha de la
Palabra
-
Si Dios me concediese ver mi alma...
-
Si
Dios quiere...
-
Si es tan
fácil no pecar...
-
Si hoy Dios me
llamara...
-
Si
la sal se vuelve sosa..
-
Si
me odiaron a mí..
-
Si no fuera pecado, ¿lo haría?
-
Si yo fuera el juez...
-
Siete pecados capitales
-
Simplemente, Dios
-
¿Sin
alternativas? No, con fe
-
Sin consolaciones pero con Dios
-
Sin imágenes, con cariño
-
Sin reflectores, con amor
-
Sintonizar
con Cristo
-
¿Sirve
predicar el Evangelio?
-
Soberbia y humildad
-
Sobre el
combate espiritual
-
Sobre lo
posible
-
“Software” de santidad cristiana
-
Solidarios en la misericordia
-
Sólo
Cristo puede llenar de dicha el corazón del hombre
-
Solo Dios salva
-
Sólo un nombre: Jesús
-
Sombras
-
Somos lo que amamos
-
Somos obra de tus manos
-
Sorpresas
-
¿Soy culpable de mí mismo?
-
Sufrimos
y morimos un poco todos
-
Sugestiones e inspiraciones
-
Superar las denuncias hipócritas
-
Te deseo lo
mejor
-
“Te
estoy aprendiendo, hombre”
-
Tender la mano
-
Tenemos necesidad de Cristo
-
Tentaciones vencidas desde el inicio
-
Testigos luminosos del Maestro
-
Tibieza, indiferencia,
mediocridad
-
Tierras
difíciles
-
Tiempo de
cosechas
-
Toda
lágrima tendrá su sentido
-
Todo irá
bien
-
Todo pudo
haber sido diferente
-
Todo sobre ruedas
-
Tomar
buenos propósitos
-
Tomarse un
tiempo de descanso
-
Trabajar desde Cristo
-
Trabajar
por lo que sea eterno
-
Transformar la ofensa en intercesión
-
Tras
la tormenta
-
Tras
mis huellas
-
Tras mis
huellas y a mi lado
-
Tras una
caida
-
Tres actitudes ante Cristo
-
Tres ataques del demonio
-
Tres elementos centrales de la vida sacerdotal
-
Tres etapas de las tentaciones
-
Tres
lecturas de mi vida
-
Tú eres
libre para amarme
-
Tu mayor alegría: perdonar
-
Tú, Señor,
sabes por qué
-
Ubicarme
-
Un amor
manifestado con sangre
-
Un Amor que
da sentido a todo
-
Un amor
que sorprende
-
Un breve resumen de la exhortación “Evangelii nuntiandi” de
Pablo VI
-
Un antiguo
Padre nuestro
-
Un
camino
-
Un
camino entre preguntas y preguntas
-
Un
camino fácil para el amor
-
Un camino
hacia el amor
-
Un camino hacia
la paz del alma
-
Un camino interior
-
Un
camino interior hacia Dios
-
Un consuelo
-
Un
corazón que descansa en Cristo
-
Un Coro
-
Un
Dios amigo nuestro
-
Un Dios
siempre a nuestro alcance
-
Un
dique contra las tentaciones
-
Un
espacio a la esperanza
-
Un gracias
a Dios al final de una etapa
-
Un
gracias a la Virgen María
-
Un gran movimiento de amor
-
Un guijarro
entre mis dedos
-
Un joven
pide dirección espiritua
-
Un
niño pide noticias sobre Dios
-
Un
profesor evolucionista
-
Un
lugar para cada uno
-
Un
modo equivocado de rezar
-
Un modo
nuevo de ver las cosas
-
Un modo
sencillo de meditar con la Escritura
-
Un
momento de respiro
-
Un momento en mis manos
-
Un monje
critica a la crítica
-
Un
nuevo sacerdote, un nuevo susurro de Dios
-
Un propósito
-
Un propósito
firme para vivir el Evangelio
-
Un rato de
libertad
-
Un regalo
-
Un remedio
contra la ligereza espiritual
-
Un
rincón para estar con Dios
-
Un sencillo examen sobre la
oración
-
Un
sencillo Vía Crucis
-
Un sendero
en medio del bosque
-
Un termómetro que mide la confianza
en Dios
-
Un
vuelo desde el amor
-
Un
tesoro escondido
-
Una
abeja muerta de frío
-
Una
antorcha de paz y de esperanza
-
Una
carta desde el corazón
-
Una
carta desde la fe
-
Una carta sobre la esperanzan
-
Una columna para Cristo
-
Una
Cuaresma desde Dios
-
Una
experiencia, una Persona
-
Una falsa dicotomía
-
Una fe en camino
-
Una fe posible ante dramas incomprensibles
-
Una fe
que cambia el mundo
-
Una fe que
ilumina
-
Una fe que vacila
-
Un futuro
por delante
-
Una
grieta en la muralla
-
Una invitación
-
Una lectura apasionante
-
Una luz
clara
-
Un
mirada a la vida
-
Una
multitud incontable de santos
-
Una grieta en la muralla
-
Una lectura
desde Dios
-
Una mancha
en el espejo
-
Una mirada ante la vida
-
Una mirada
diferente
-
Una mirada
sobre los demás
-
Una
misa dominical
-
Una nevada
-
Una
nueva carta desde la fe
-
Una
oración ante el mal de nuestro mundo
-
Una oración en favor del amor
-
Una oración
pobre
-
Una
oración por mis hermanos
-
Una
puertecita
-
Una luz que alumbra
nuestros pasos
-
Una mirada
hacia el cielo
-
Una oración
difícil
-
Una oración de los monjes del desierto
-
Una
pregunta a quien llama a nuestras almas
-
Una
reflexión sobre la vida
-
Una
salvación gratuita
-
Una sencilla flor de campo
-
Una
túnica con agujeros
-
Una verdad que ilumina
-
Una nueva
vida humana
-
Una
verdad que ilumina y salva
-
Una vida
desde Dios y hacia Dios
-
Una vida
hacia Dios
-
Una vida
recibida para dar
-
Una
voz grita en el desierto
-
Unidos por amor y para amar
-
Usar bien el nombre de Dios
-
Vacunas
espirituales
-
Valentía cristiana
-
Valentía
evangélica y lenguaje mundano
-
Veletas
-
Vencer las tentaciones desde el amor
-
Vences mi pecado
-
Verano
-
Verdades y mentiras, trigo y
cizaña
-
Victorias y derrotas
-
Vida
temporal y vida eterna
-
Vidas sin
monumentos
-
Viento favorable
-
Vientos que
alivian
-
Vigilancia y oración
-
Viniste
por los pecadores
-
Virus del alma
-
Visitar y
cuidar a los enfermos
-
¿Vivimos nuestra fe católica?
-
Vivir
con la muerte como hermana
-
Vivir desde la esperanza
-
Vivir en
situaciones de incertidumbre
-
¿Vivo como
nómada o como peregrino?
-
Vocabulario de
José para enseñar a Jesús
-
Vocación
y familia
-
Vocaciones
y libertad filial
-
Vocaciones y oración
-
Voluntad y gracia
-
Voluntades a velas desplegadas
-
Volver a caminar
-
Volver a lo esencial: Cristo
-
Volver
a la casa del Padre
-
Volveré
a veros y se alegrará vuestro corazón
-
Vulnerables, pero en las manos de Dios
-
Y
Dios pidió permiso para entrar
-
Y si pienso como Cristo...
-
Y pensé que Dios
sería...
-
¿Y yo puedo predicar a Cristo?