Momentos de transición
P. Fernando Pascual
6-8-2018
La vida tiene momentos
ordinarios, sencillos, marcados por rutinas más o menos estables.
Otros momentos son de
transición. Termina un periodo, una tarea, un trabajo, una dieta, unos meses de
análisis médicos.
Se cierra una etapa. Está por
empezar otra nueva, quizá envuelta en incógnitas, tal vez como un torbellino
lleno de novedades.
¿Cómo está mi corazón? ¿Hay
alegría por lo alcanzado, o pena por lo que ha quedado atrás?
¿Cómo miro hacia el futuro?
¿Brilla la ilusión ante lo que está por comenzar, o el temor hacia lo
desconocido?
En momentos de transición
podemos detenernos para examinar si nuestra vida tiene un rumbo definido o si
nos dejamos arrastrar por los acontecimientos.
Busco un rato de silencio.
Desde mi corazón, pregunto a Dios cómo me ve, qué piensa de la marcha de mi
vida, qué me está pidiendo ahora.
Familiares y amigos, conocidos
y compañeros de trabajo, han pasado o pasan por etapas parecidas de inquietudes
y cambios. Compartimos la experiencia de las transiciones.
Algunos me avisan ante
peligros, otros esperan de mí una mejoría. Otros, simplemente, no perciben el
estado inquieto de mi alma.
En esta situación, en este
recodo del camino, tomo nuevas decisiones. Espero, con la ayuda de Dios, estar
más disponible para amar, y más lleno de esperanza.
Poco a poco se desvelará el
sentido de lo nuevo. Pido a Dios que me ayude a avanzar hacia aquello que me
acerca a Dios y a los hermanos, a la conversión y a la dicha de vivir el Evangelio...