¿Cómo reconocer lo que es bueno para mí?
P. Fernando Pascual
18-6-2011
Si decimos que una cosa es buena, ¿qué queremos decir? Tal vez que nos gusta, o que nos sirve, o
que conduce a la perfección de lo más específico de nuestra condición humana (la propia y la de
otros).
Las tres posibilidades apenas mencionadas fueron encuadradas ya desde el mundo griego, que
distinguía entre bienes deleitables (placeres), bienes útiles, y bienes honestos.
La pregunta, sin embargo, tiene que ir más a fondo: ¿de donde le viene a algo el que se presente
como bueno para mí?
Miramos por unos minutos el vuelo de una golondrina. Notamos la belleza de su forma, las
acrobacias en el aire, el toque de sus giros imprevistos. Percibimos que es bueno mirarla, que ella
misma es buena, que el tiempo que estamos allí, arrobados, vale la pena.
Surgen, sin embargo, problemas, incluso conflictos. Al mirar el vuelo de la golondrina sustraigo
tiempo que podría dedicar a resolver algunos problemas en la casa. Al emplear más tiempo para el
estudio noto que me faltan horas para escuchar a un familiar que necesita ayuda.
Ante los conflictos de cada día, ¿cómo encontrar el camino correcto? ¿Qué es lo bueno para mí en
esta hora, en estas circunstancias, en el círculo de personas más cercanas o respecto de las que viven
tal vez lejos?
Las preguntas muestran la dificultad de encontrar lo bueno concreto para mí. Cerrar los ojos al
problema y seguir simplemente el primer impulso puede llevarme a callejones sin salida, a daños en
la propia vida o a penas en quienes me rodean.
¿Cómo, entonces, reconozco lo bueno para mí? Con una mirada serena, con un corazón atento, con
una disciplina que me aparte del capricho inmediato y me abra a la justicia. También con la ayuda
de consejos de quienes, desde la madurez adquirida tras buenas elecciones, pueden ofrecerme algo
de luz.
Sobre todo, encontraré lo bueno para mí (y para otros) con una oración sencilla, confiada, a Dios.
En ella le pediré un corazón grande y una mente dispuesta a descubrir en cada momento ese bien
que puedo realizar en los próximos pasos de mi caminar humano.