Dos tipos de corazones
P. Fernando Pascual
21-9-2023
Lo que pensamos, lo que
decimos, lo que hacemos, depende de qué tipo de corazón palpita en nuestro
cuerpo.
En el complejo mundo humano,
destacan dos tipos de corazones muy diferentes. El primero, orientado al mal,
al egoísmo, a la injusticia. El segundo, orientado al bien, al amor, a la
justicia.
Esos dos tipos no suelen darse
en forma químicamente pura, menos en casos “extremos”. Hay personas con un
corazón totalmente pervertido, incapaces de reconocer todo el dolor que
siembran a su lado.
Gracias a Dios, el otro “extremo”
es benigno: el de corazones que aman y se entregan por completo a los demás,
hasta llegar a un servicio heroico de su tiempo y de sus vidas.
Cuando somos sinceros con
nosotros mismos, podemos reconocer que en ocasiones domina el corazón malo,
mientras que en otras ocasiones brilla el corazón bueno.
Lo importante es emprender un
trabajo sereno, honesto, paciente, para purificar aquellos impulsos del corazón
que nos pueden llevar hacia el pecado y la injusticia, y promover aquellos
impulsos que nos acercan a Dios, que nos ayudan a percibir las necesidades de
otros para ayudarles generosamente.
Cristo enseñaba algunas de las
acciones que surgen desde un corazón ennegrecido: “Porque de dentro, del
corazón de los hombres, salen las intenciones malas: fornicaciones, robos,
asesinatos, adulterios, avaricias, maldades, fraude, libertinaje, envidia,
injuria, insolencia, insensatez” (Mc 7,21‑22).
En cambio, si tenemos un
corazón manso y humilde que se asemeje al del Maestro, que esté iluminado por
el Espíritu Santo, viviremos los frutos del bien: “amor, alegría, paz,
paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio de sí” (cf. Ga
5,22‑23).
Este día encontraré diversos
tipos de personas. Rezaré por aquellos que tienen un corazón en peligro, que
dan señales de rendirse al mal. Y también rezaré por aquellos que tienen un
corazón bueno, para que Dios les dé fortaleza, y su ejemplo nos estimule a
buscar cada día vivir desde el amor y para el amor.