Decisiones difíciles
P. Fernando Pascual
18-6-2016
Hay decisiones sencillas y fáciles, y decisiones complicadas y difíciles.
Lavarse las manos ahora o después. Contestar en seguida este mensaje o dejarlo para mañana. Cambiar
hoy o mañana las sábanas: son decisiones sencillas que no implican, normalmente, grandes
dificultades.
Dejar la ciudad en la que uno vive para ir a otra a buscar un nuevo trabajo. Terminar la relación con
una persona que parecía buena pero que estaba asfixiando la propia existencia. Vender este terreno
para pagar una deuda que nos agobia: son decisiones difíciles, que tienen consecuencias enormes.
En los momentos de decisiones difíciles damos vueltas y vueltas a las posibilidades que tenemos ante
los ojos. ¿Esta ciudad u otra? ¿Dejar este trabajo y lanzarse a otro? ¿Abandonar este piso y buscar un
alquiler en un barrio no bien conocido?
El corazón desea mejoras importantes. No vale la pena arriesgar algo “seguro”, con sus muchos
límites, para lanzarse a algo que podría empeorar las cosas. Porque un cambio vale la pena sólo cuando
nos libra de males y dolores del presente y nos conduce a mejoras para uno mismo y para los seres
queridos.
Pero el corazón duda: hay tantos aspectos que considerar, hay tantos puntos dudosos en el horizonte,
hay tantos riesgos que correr, hay tantas cosas buenas de la situación actual que no quisiéramos
perder...
El reloj tiene prisa, las hojas del calendario caen una tras otra. La vida ha llegado a un nuevo cruce de
caminos. Puedo optar por mantener (cuando es posible) lo que ya conozco, con sus límites y sus
seguridades, o puedo lanzarme hacia un nuevo rumbo desde una esperanza: habrá mejoras.
En medio de las dudas, una voz humilde parece susurrar a mi corazón que Dios existe y que vale la
pena todo lo que hagamos por amor y para amar. Ese es el criterio decisivo a la hora de tomar nuevas
decisiones, pequeñas o grandes, sencillas o difíciles.
Luego, el resultado podrá ser favorable o desfavorable, esperado o sorprendente. Pero siempre quedará
en pie una certeza: Dios es bueno y ofrece su luz y su consuelo a quienes acuden a Él en medio de las
mil encrucijadas y misterios de la existencia humana...