La formación espiritual de
cada día
P. Fernando Pascual
9-5-2020
A veces pensamos que la
formación espiritual se realiza en momentos especiales, pláticas, retiros,
ejercicios espirituales, una confesión más larga.
Sin embargo, hay una formación
espiritual (y vale para otros ámbitos) que es sencilla, cotidiana, ordinaria,
accesible a todos, y que resulta ser sumamente eficaz.
En una conferencia sobre la
formación permanente, el sacerdote italiano Amadeo Cencini
explicaba la importancia de esa formación ordinaria, de ese continuo trabajo
espiritual desde lo que ocurre en cada momento.
¿Cómo funciona esa formación
ordinaria? Me levanto por la mañana. El día (nublado o con el cielo limpio) ya
puede ser un mensaje para mi alma si lo leo a la luz de Dios que trabaja
siempre y que todo lo orienta para el bien de los que aman.
Sale mal el café del desayuno,
y no encontramos esa mermelada que tantas energías nos da. Esas pequeñas
anécdotas son formativas cuando pensamos, desde hechos tan sencillos, en la
providencia de Dios y en las necesidades de tantos seres humanos que carecen de
lo básico.
En el lugar de trabajo, el
saludo al portero pudo haber sido ordinario, casi mecánico, sin ninguna
transcendencia visible. Pero puede convertirse en un mensaje espiritual si me
doy cuenta de que él, como yo, necesitamos cariño y podemos encontrarlo en
Dios.
Incluso esa experiencia
difícil, que provoca confusión, de un pecado que nos desgasta continuamente
porque no conseguimos quitarlo, visto con los ojos de la fe se convierte en
ocasión para abrirme a la misericordia y hacer una experiencia del cariño de
Dios.
La formación espiritual de
cada día nos toca continuamente, nos acerca a Dios, nos permite abrirnos a los
demás, nos cura de nuestras enfermedades interiores, y nos lanza a un amor que
puede ser heroicamente sencillo.
Dios actúa siempre. No se
cansa de amar. No se desanima ante nuestros egoísmos y miserias. Lo que cada
uno podemos hacer es tan fácil como abrir el corazón para acoger su pedagogía y
para dejarnos formar por un Padre que desea cada día el bien de cada uno de sus
hijos...