La oración y “El peregrino ruso”
P. Fernando Pascual
21-2-2015
“El peregrino ruso” es una obra de espiritualidad oriental sencilla, llena de vida, con un objetivo
preciso: enseñar el camino de la oración.
A través de las preguntas y aventuras de un peregrino, el autor, anónimo, afronta diversos temas
y ofrece caminos para introducir a la oración.
Una de las propuestas más presente de esta obra consiste en la “oración de Jesús”. ¿De qué se
trata? En repetir continuamente, con acentuaciones diversas, una jaculatoria sencilla.
Hay varias formulaciones para la “oración de Jesús”. Una es bastante breve: “Señor Jesús, ten
piedad de mí”. Otra resulta un poco más desarrollada: “Señor Jesús, Hijo de Dios Padre, ten
piedad de mí, pecador”. En “El peregrino ruso” se ofrece esta alternativa: “Señor Jesucristo, ten
piedad de mí, pecador”.
La invitación a orar continuamente surge de las enseñanzas del mismo Cristo. En el Evangelio
de san Lucas, la parábola de la viuda que pide justicia sirve para explicar que “era preciso orar
siempre sin desfallecer” ( Lc 18,1). La idea aparece también en los escritos de san Pablo, con sus
muchas indicaciones sobre la oración, entre las que encontramos la siguiente: “Quiero, pues, que
los hombres oren en todo lugar” ( 1Tm 2,8).
No resulta fácil resumir las numerosas ideas y experiencias que están recogidas en “El peregrino
ruso”. Hacia el final, desde el famoso texto de san Agustín (“Ama y haz lo que quieras”) el autor
explica cinco lemas que pueden servir como invitación a orar sin cesar.
¿Cuáles son esos cinco lemas? Los recogemos en sus formulaciones:
1. “Reza, y piensa lo que quieras”.
2. “Reza, y haz lo que quieras”.
3. “Reza, y no te afanes mucho en dominar tus pasiones por tus propias fuerzas”.
4. “Reza, y no temas nada”.
5. “Reza de un modo u otro, pero reza siempre y no te inquietes por nada”.
El cristiano no puede vivir sin oración. “El peregrino ruso” invita a recorrer, desde lo más íntimo
del corazón, caminos que permitan orar continuamente. Vale la pena descubrir y seguir aquellos
modos de orar que Dios inspire en nuestras almas para acoger su Amor y para difundirlo entre
quienes viven cerca o lejos.