�Vivimos nuestra fe cat�lica?

Autor: Padre Fernando Pascual, L.C.

Profesor de filosof�a y bio�tica en el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum

Fuente: es.catholic.net (con permiso del autor)

 

 

La fe no es una simple teor�a. Es un compromiso que llega al coraz�n y a las acciones, a los principios y a las decisiones, al pensamiento y a la vida.

Vivimos nuestra fe cuando dejamos a Dios el primer lugar en nuestras almas. Cuando el domingo es un d�a para la misa, para la oraci�n, para el servicio, para la esperanza y el amor. Cuando entre semana buscamos momentos para rezar, para leer el Evangelio, para dejar que Dios ilumine nuestras ideas y decisiones.

Vivimos nuestra fe cuando no permitimos que el dinero sea el centro de gravedad del propio coraz�n. Cuando lo usamos como medio para las necesidades de la familia y de quienes sufren por la pobreza, el hambre, la injusticia. Cuando sabemos ayudar a la parroquia y a tantas iniciativas que sirven para ense�ar la doctrina cat�lica.

Vivimos nuestra fe cuando controlamos los apetitos de la carne, cuando no comemos m�s de lo necesario, cuando no nos preocupamos del vestido, cuando huimos de cualquier vanidad, cuando cultivamos la verdadera modestia, cuando huimos de todo exceso: “nada de comilonas y borracheras; nada de lujurias y desenfrenos; nada de rivalidades y envidias” (Rm 13,13).

Vivimos nuestra fe cuando el pr�jimo ocupa el primer lugar en nuestros proyectos. Cuando visitamos a los ancianos y a los enfermos. Cuando nos preocupamos de los presos y de sus familias. Cuando atendemos a las v�ctimas de las mil injusticias que afligen nuestro mundo.

Vivimos nuestra fe cuando tenemos m�s tiempo para buenas lecturas que para pasatiempos vanos. Cuando leemos antes la Biblia que una novela de �ltima hora. Cuando conocer c�mo va el f�tbol es mucho menos importante que saber qu� ense�an el Papa y los obispos.

Vivimos nuestra fe cuando no despreciamos a ning�n hermano d�bil, pecador, ca�do. Cuando tendemos la mano al que m�s lo necesita. Cuando defendemos la fama de quien es calumniado o difamado injustamente. Cuando cerramos la boca antes de decir una palabra vana o una cr�tica que parece ingeniosa pero puede hacer mucho da�o. Cuando promovemos esa alabanza sana y contagiosa que nace de los corazones buenos.

Vivimos nuestra fe cuando los pensamientos m�s sencillos, los pensamientos m�s �ntimos, los pensamientos m�s normales, est�n siempre iluminados por la luz del Esp�ritu Santo. Porque nos hemos dejado empapar de Evangelio, porque habitamos en el mundo de la gracia, porque queremos vivir a fondo cada ense�anza del Maestro.

Vivimos nuestra fe cuando sabemos levantarnos del pecado. Cuando pedimos perd�n a Dios y a la Iglesia en el Sacramento de la confesi�n. Cuando pedimos perd�n y perdonamos al hermano, aunque tengamos que hacerlo setenta veces siete.

Vivimos nuestra fe cuando estamos en comuni�n alegre y profunda con la Virgen Mar�a y con los santos. Cuando nos preocupa lo que ocurre en cada coraz�n cristiano. Cuando sabemos imitar mil ejemplos magn�ficos de hermanos que toman su fe en serio y brillan como luces en la marcha misteriosa de la historia humana.

Vivimos nuestra fe cuando nos dejamos, simplemente, alegremente, plenamente, amar por un Dios que nos ha hablado por el Hijo y desea que le llamemos con un nombre magn�fico, sublime, familiar, �ntimo: nuestro Padre de los cielos.