Cuando el futuro parece oscuro
P. Fernando Pascual
3-8-2022
En casi todos los tiempos y
lugares ha habido personas que han mirado hacia el futuro con miedo, con dudas,
con desesperanza.
La cosecha fue mala. Los
bancos piden el pago de un préstamo y no hay dinero. El diagnóstico daba a
entender que la muerte podría llegar en semanas.
La mirada interior mira al
futuro, teme que llegue el hambre, que embarguen la casa, que el hospital nos
engulla poco a poco.
La lista de situaciones es
mucho más larga, porque también el futuro nos parece oscuro cuando perdemos un
amigo, cuando escuchamos que sube el precio del pan, cuando anuncian el peligro
de una nueva guerra.
¿Cómo afrontar los temores
ante un mañana que se tiñe de tinieblas? ¿Cómo emprender las tareas cotidianas
cuando domina la idea de que tal vez en unos días perderíamos casi todo?
No resulta fácil mirar hacia
adelante ante los dolores que nos aprietan, incluso nos sitian, de golpe o poco
a poco.
Pero tampoco podemos dejarnos
abatir, como si ya no hubiera ninguna posibilidad. Porque incluso resulta
posible amar desde las sábanas de un hospital, y hacer el bien cuando el dinero
no llega para cubrir los gastos del mes.
Tendremos, es verdad, menos
opciones, más límites, incluso dolores con los que parezca imposible emprender
un nuevo esfuerzo.
Incluso entonces, todo corazón
puede mirar al cielo, pedir ayuda a Dios Padre, renovar la esperanza, y hacer
ese poco (que puede ser más importante de lo que imaginamos) que resulta
posible desde nuestro interior.
La oscuridad seguirá allí,
porque no se borran los problemas con una dosis de esperanza. Pero tendremos en
nuestro corazón una luz y una energía interior para seguir adelante, desde la
ayuda del Padre de los cielos y de tantas personas buenas que siguen a nuestro
lado...