Pascua y misión

Autor: Padre Fernando Pascual, L.C.

Fuente: es.catholic.net (con permiso del autor)

 

 

Algo muy serio, muy profundo, ocurrió aquel primer domingo de Pascua.

Los discípulos, antes, tenían una fe pobre, incompleta, en su Maestro. Habían comido con Él, habían visto sus milagros, habían escuchado sus enseñanzas. Pero no eran capaces de comprender el mensaje maravilloso ni el “milagro” que se encerraba en la presencia del Hijo de Dios entre los hombres.

Por eso, porque no llegaron a captar quién era Jesús, porque tenían el corazón confundido, porque se dejaban llevar por el miedo y las ambiciones personales, cuando llegó el Calvario aquella “fe” se vino abajo.

Pero algo ocurrió el domingo de Pascua. De la cobardía se pasó al valor. Del silencio a los discursos. De la inquietud a la paz. De las dudas a la fe.

¿Por qué un cambio tan profundo e inesperado? Porque los discípulos vieron, tocaron, comieron con Jesús resucitado. Porque, a los 50 días de la Pascua, la llegada del Espíritu Santo permitió comprender quién era Jesucristo. El misterio del Amor del Padre, revelado en su Hijo, apareció en toda su grandeza.

Los discípulos, desde entonces, empezaron a ser otros. Curaron enfermos, hablaron a multitudes, afrontaron persecuciones e insultos. Muchos de ellos tuvieron fuerzas para llegar a la hora del martirio.

El día de Pascua fue un momento clave de la historia humana. Jesús, el Crucificado, mostró su gloria y su victoria. Los Apóstoles, y con ellos miles y miles de cristianos, empezaron a recorrer los caminos del mundo con una misión: llevar la gran noticia de la Resurrección a todos los hombres amados por Dios.

Esa misión sigue en pie, después de casi dos años. Nos implica a nosotros. Porque creemos que Cristo resucitó, porque sabemos que está vivo en la Iglesia, porque nos repite que nos ama, queremos que muchos otros lleguen a conocerlo, encontrarlo, amarlo. Así también ellos entrarán en un mundo maravilloso que inicia en esta vida terrena y concluye en el abrazo eterno con un Dios que nos ama con locura.