El Evangelio que salva
P. Fernando Pascual
12-3-2022
El Evangelio ha sido anunciado
en muchas partes del mundo, pero todavía hay lugares que no han oído la Buena
noticia.
Entre quienes llegaron a
escuchar la Palabra de Dios, unos no la comprendieron y la dejaron a un lado.
Otros la rechazaron por motivos diferentes.
Muchos la acogieron. Algunos
simplemente como un mensaje bello, que promueve ideales para mejorar la vida de
las personas.
Otros, ojalá la mayoría de los
bautizados, reconocemos en Cristo al verdadero Salvador del mundo, al Hijo del
Padre encarnado en la Virgen María, al Señor de la Vida y de la Historia.
El Evangelio, que es Cristo
mismo, salva a todos los que, desde la apertura a la gracia, se dejan iluminar,
aceptan el perdón que lava los pecados, y buscan seguir cada día al Maestro
como piedras vivas de la Iglesia.
Así, el Evangelio recibido en
la fe que lleva al bautismo, nos une al misterio pascual de Cristo, y nos da
una vida nueva, donde es posible aceptar el amor y orientarnos a amar.
“Fuimos, pues, con Él
sepultados por el bautismo en la muerte, a fin de que, al igual que Cristo fue
resucitado de entre los muertos por medio de la gloria del Padre, así también
nosotros vivamos una vida nueva” (Rm 6,4).
Unidos a Cristo que muere,
quedamos libres del pecado. Unidos a Cristo que resucita, adquirimos un modo
nuevo de pensar, de querer, de vivir.
“Porque en otro tiempo
fuisteis tinieblas; mas ahora sois luz en el Señor.
Vivid como hijos de la luz; pues el fruto de la luz consiste en toda bondad,
justicia y verdad” (Ef 5,8‑9).
Hoy, como hace 2000 años,
resuena en todo el mundo la voz de un humilde Maestro que anuncia el Evangelio
que salva: “El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos
y creed en el Evangelio” (Mc 1,15).