Personas en el camino
P. Fernando Pascual
10-12-2022
A lo largo del camino de
nuestra vida encontramos a numerosas personas. Unas, decisivas. Otras, que
llegan y se alejan sin mayor relevancia.
En primer lugar, están
nuestros padres. A ellos les debemos el hecho de existir, la protección y ayuda
en los primeros años, y un cariño que nunca podremos agradecer de modo
adecuado.
Pero en seguida aparecen otras
personas: familiares, maestros, médicos, compañeros de escuela y de
universidad.
Pasan los años. Algunos
encuentros dejan una huella más profunda, incluso me llevan a modos nuevos de
pensar y de vivir.
El encuentro con aquel amigo
me abrió un horizonte de bien que me sacó del egoísmo y me impulsó a pensar en
los demás.
El encuentro, a través de un
libro, con la biografía de una persona generosa, santa, me hizo pensar en que
existen otros modos de vivir.
El encuentro con un buen
maestro del espíritu (sacerdote, religioso o laico) me ofreció ayudas para
reconocer la acción de Dios en mi vida y en la historia del mundo.
Hay otros encuentros que
consideramos desafortunados, dañinos, peligrosos. A nadie le gusta encontrarse
en una calle con una banda de ladrones bien armados.
En el camino de cada día,
surgen continuamente nuevos encuentros: en el autobús, en la sala de espera de
un hospital, en un paseo por las montañas.
Ante tantas personas y
experiencias, mi corazón toca peligros y oportunidades, amenazas y ayudas,
injusticias y manos tendidas para el perdón.
Hoy encontraré a pocas o
muchas personas en el camino. Le pido a Dios que me permita aprender de quienes
son buenos y ayudar a quienes no lo son.
Sobre todo, le pido un corazón
abierto y disponible para que descubra en todos la misteriosa
presencia de ese Dios que desea el bien de cada uno de sus hijos.