Un lugar para cada uno

Autor: Padre Fernando Pascual, L.C.

Fuente: catholic.net (con permiso del autor)

 

 

Es un estribillo de una canción escrita para niños: “Pero no importa: igual o diverso, cada quien tiene su lugar en este infinito universo...”

Cada hombre, cada mujer, tiene algo propio, suyo, inimitable. No somos sólo una cadena de estructuras químicas muy complicadas. No somos una casualidad arrojada al vacío de los espacios. No somos un absurdo, como decía un filósofo, que nacimos por error y moriremos de aburrimiento. No somos un peso para un planeta que a veces parece joven, otras veces se muestra cansado, lleno de posibilidades para el futuro o cercano a la hora de la agonía.

Cada uno hemos recibido mucho del pasado. Hay cosas que no podemos cambiar. Pero otras dependen completamente de nosotros. En cada momento, ante cada situación, podemos decidir. Para bien o para mal. La opción está en mis manos, y yo empiezo a escribir ese presente que pronto será pasado y que prepara un futuro ahora indeterminado.

Yo también tengo mi lugar “en este infinito universo”. Como lo tienen quienes viven junto a mí, en el metro o en una tienda de fruta, quienes me miran con desconfianza me sonríen llenos de optimismo. Ese lugar es mío, insustituible. Es un lugar hermoso. Es un lugar dramático. Es un lugar pobre. Es un lugar limitado. Es un lugar transitorio. Es un lugar lleno de misterios, abierto a mil futuros.

Seguimos de camino. Un día dejaremos nuestro puesto a otros. El piso será ocupado por algún familiar o por un vecino. El coche irá a un desguazadero. Los libros pasarán a una biblioteca o a los anaqueles de un amigo. Mi cama, lugar de tantas horas, sueños magníficos o pesadillas inquietas, será desmontada, tal vez quemada.

Una meta nos espera. Unos brazos abiertos quieren recibirnos. Un corazón de Padre nos dice que todo era inmensamente grande y bello. La vida no se detiene. La eternidad está cada vez más cerca. Y en ella, con Dios, descubriremos lo importante que somos, porque en el Amor nadie es pequeño, cada uno tiene un lugar muy hermoso, muy grande, “en este infinito universo”.