Hacer presente a Cristo
P. Fernando Pascual
5-1-2024
Cristo vino al mundo, trabajó
en Nazaret, predicó e hizo milagros, se entregó a la Pasión, resucitó, y está
sentado a la derecha del Padre.
Cristo sigue presente, como
Salvador, en su Iglesia. Es decir, está presente en cada bautizado, en sus
obispos y sacerdotes, en los esposos, en quienes reciben diversas misiones.
Todos los católicos estamos
llamados a hacer presente a Cristo. Primero, entre nosotros mismos: necesitamos
descubrir al Señor en mis hermanos.
Segundo, para los que han
abandonado su fe o nunca creyeron: a través de la caridad, la esperanza, la
escucha, quizá también con alguna palabra oportuna y respetuosa.
Muchos hombres y mujeres,
quizá sin darse cuenta, buscan salvación, esperanza, horizontes que den sentido
a sus vidas.
Lo que buscan solo podrán
encontrarlo en Cristo. Y a Cristo lo descubrirán como don (la fe es gracia),
también a través de la vida de aquellos bautizados con los que entren en
contacto.
Por desgracia, en ocasiones no
testimoniamos a Cristo. Quizá porque nos hemos ajustado a la mentalidad de este
mundo. Quizá porque nuestra fe es débil. Quizá porque hemos empañado la
esperanza. Quizá porque nos falta amor.
Entonces, tenemos que pedirle
al Maestro que aumente nuestra fe, que sostenga nuestra esperanza, que nos
encienda con el fuego de su amor, que purifique nuestras mentes para que
pensemos desde la Verdad.
Entonces viviremos, según la
enseñanza de san Pablo, con Cristo escondidos en Dios (cf. Col 3,4).
Seremos luz y fuego en un mundo cubierto de tinieblas, porque vibrará en
nuestros corazones la presencia del Señor, vencedor del pecado y de la
muerte...