El segundo plan de Dios
P. Fernando Pascual
10-5-2024
La historia humana se
desarrolló no desde el primer proyecto de Dios, sino desde lo que podríamos
llamar una especie de segundo plan.
La idea surge desde la lectura
de las últimas páginas de una novela de Michael O'Brien titulada “The father's tale. A novel”.
En un diálogo entre el
imaginario Alexander Graham y su hijo Andrew, en el que reflexionan sobre los
difíciles acontecimientos narrados en la novela, Andrew muestra su
arrepentimiento ante lo mucho que hizo sufrir a su padre.
El padre señala que Dios
obtuvo un gran bien de todas las vicisitudes narradas en la novela. El hijo no
puede reconocerlo. ¿Cómo se puede sacar un bien de tantos males?
Además, el hijo siente pena
por lo mucho que tuvo que pagar su padre en toda la historia. Incluso protesta:
no tendría que haber ocurrido.
Alexander le responde: “Es
verdad, no fue la primera opción de Dios para nuestras vidas. Pero cuando pasó
lo que pasó, y llegó la oscuridad, Dios obtuvo otro tipo de bien”.
La frase puede ayudarnos a
comprender toda la historia humana. Dios tuvo un primer plan, maravilloso, para
todos y cada uno de los humanos.
Sin embargo, ocurrió un
desastre, el pecado original. A ese desastre, se unieron tantos y tantos
pecados personales que añadían nuevos males al terrible mal del inicio.
¿Cómo reaccionó Dios? Con un
segundo plan (o “plan B”): su proyecto de salvación. De esta forma, Dios obtuvo
un bien diferente, con el que venció al mal y abrió espacios inimaginables a la
gracia.
En cierto sentido, es lo que
expresa san Pablo en Rm 5: allí donde abundó
el pecado, la respuesta de Dios fue mucho más grande (sobreabundó la gracia).
“En efecto, así como por la
desobediencia de un solo hombre, todos fueron constituidos pecadores, así
también por la obediencia de uno solo todos serán constituidos justos” (Rm 5,19).
Lo anterior no solo se aplica
a lo general. Cuando ocurre ese mal concreto y cercano que llamamos injusticia,
egoísmo, y tantas otras formas de pecado, Dios es capaz de conseguir otro tipo
de bienes.
Por eso, el mal no bloquea la
acción divina en la historia, ni debe paralizar nuestros corazones. Hay mucho
bien que espera a cada uno como parte del “plan B”.
No será, ciertamente, el bien
que habíamos esperado. Incluso en ocasiones pensaremos, como un autor antiguo,
que Dios casi parece algo “injusto”, pues cuando le provocamos a la ira, Él
responde con la misericordia.
Pero el segundo plan de Dios
es maravilloso y constituye la fuente de toda la esperanza cristiana. El amor
ha vencido al pecado. La vida ha triunfado sobre las tinieblas. El bien domina,
incluso con modalidades nuevas y sorprendentes, en cada historia humana...