Detrás de una gota de miel
P. Fernando Pascual
6-9-2014
Detrás de una gota de miel hay un número incontable de misterios, de belleza, de frescura, de vida.
Porque en esa gota de miel se concentra el esfuerzo de cientos y cientos de abejas que trabajaron desde
el alba hasta el anochecer en miles y miles de flores.
Porque esas flores brotaron en plantas y árboles desde esa vida que desarrollaron gracias a una pequeña
semilla.
Porque el viento y el sol, la lluvia y el rocío, la tierra y el abono, sostuvieron y animaron la fuerza de la
savia que transformó una parte de una planta en una flor maravillosa y fecunda.
Porque detrás de todo, como origen y como meta, vibra la mente y el corazón de un Dios ingenioso,
artista, enamorado de la vida, muy cercano a los lirios, a las acacias, a las abejas y a los hombres y
mujeres de nuestro mundo de bellezas.
Sí: hay muchos misterios y maravillas detrás de una simple gota de miel. Por eso, mientras brilla ante
mis ojos, mientras resbala en ese mendrugo de pan fresco que pronto entrará en mi cuerpo, puedo
agradecer a Dios el cariño inmenso que me ofrece, sencillamente, gracias al trabajo de sus abejas.