En el centro de la Pascua
P. Fernando Pascual
24-5-2019
Pascua es redención, alegría,
encuentro, certeza, amor y esperanza.
Muerte y vida, según un famoso
himno antiguo, entablaron una batalla única, decisiva.
Murió, sigue ese himno, quien
era la Vida, para luego alzarse triunfante.
En el centro de la Pascua
nacen los sacramentos, con el primero de ellos, el bautismo, que nos une a
Cristo muerto y triunfante.
Desde la Pascua surge la
Iglesia, que tiene en su centro precisamente la celebración de esa misma Pascua
en cada Eucaristía.
El perdón de los pecados
también tiene su origen en la Pascua: Cristo resucitado es el que envía a sus
discípulos a difundir ese perdón entre los hombres.
Porque hay Pascua tiene
sentido la vida, hay fuerzas para afrontar los problemas, tenemos recursos para
soportar el sufrimiento.
La Pascua, por eso, se
convierte en el centro de nuestra fe, en el fundamento de nuestro amor, en la
fortaleza ante las pruebas de cada día (cf. 1Cor 15).
Estamos llamados a encarnar
esa Pascua en nuestra existencia concreta. Solo si participamos en la Muerte de
Cristo podremos un día resucitar con Él (cf. 2Tm 2,11).
El sepulcro está vacío. Está
preparado el banquete de los cielos. Nos espera Jesús, Hijo del Padre e Hijo de
María, mientras nos acompaña cada momento en los diferentes caminos de la
historia humana.