Poner amor en lo que hacemos
P. Fernando Pascual
28-9-2024
Nos damos cuenta de la
importancia de poner amor en lo que hacemos.
Porque podemos lavar los
platos, o la ropa, porque “toca”, porque es un deber, porque alguien tiene que
hacerlo.
Hacer las cosas porque hay que
hacerlas tiene su valor, sobre todo cuando vemos que algunos se escapan de sus
deberes y dejan ciertos trabajos a otros.
Pero necesitamos dar un tono
diferente a lo que hacemos, pues hacer algo solo porque es un deber, porque
“toca”, resulta frío y nos desgasta.
Es entonces cuando pensamos:
necesitamos poner amor a lo que hacemos, para que tenga más brillo, más
entusiasmo, más alegría.
Ciertamente, poner amor a lo
que hago no significa añadirle unas fresas decorativas al postre, ni ponerle un
lazo de colores a un regalo.
Se trata de algo más profundo,
porque la vida de cada ser humano tiene valor solo si se vive desde el amor y
para amar.
Poner amor en lo que hacemos
es algo esencial para que la vida tenga sentido, para que el deber deje de ser
visto como un obstáculo a nuestros planes.
Poner amor no quita el
cansancio, ni ciertas resistencias interiores: no es fácil hacer algo porque
otros se escabullen de sus responsabilidades.
Además, el que ama experimenta
dificultades. Pero las afronta con ese fuego interior que permite ir más allá
del deber.
Hoy nos “tocará” ayudar a
preparar la comida, ordenar una habitación o acompañar a un anciano al hospital
para sus citas médicas.
Todo lo que hagamos desde la
capacidad de amor que Dios nos ha dado tiene un valor casi infinito, pues nos
une al Padre celeste que cuida y acompaña a cada uno de sus hijos...