Cuando el Evangelio nos cambia
P. Fernando Pascual
12-10-2013
Cuando el Evangelio penetra en nuestras vidas, cuando revoluciona nuestro modo de pensar y de
sentir, cuando descubrimos que un Amor dirige la historia humana y que el perdón borra los pecados,
la vida cambia profundamente. Comenzamos a ser hombres nuevos.
Dejarnos cambiar por el Evangelio, por la acción de Cristo en los corazones, es posible desde la fe, en
la Iglesia, con humildad. Sólo si nos ilumina el Maestro, sólo si abrimos la conciencia a sus palabras,
sólo si permitimos que cure heridas y males profundos, podremos emprender el camino hacia la Vida y
la Verdad.
Para ello, hace falta tener la audacia de aquel joven que se acerc￳ a Cristo para preguntarle: “Maestro,
¿qué he de hacer de bueno para conseguir vida eterna?” ( Mt 19,16). Luego, llega el momento de acoger
sus consejos y de vivir según un amor más grande.
Quien oye y no pone en práctica (cf. Mt 7,21-27) no entra en el Reino de los cielos, no puede llegar a
ser amigo del Salvador. En cambio, quien pone en práctica lo que dice Jesucristo, construye sobre roca,
invierte en lo que realmente vale la pena.
El mundo no comprende este lenguaje, no acepta un camino difícil y comprometedor. Por eso, hace
falta apartarse de cualquier enga￱o para descubrir la “sabiduría de Dios, misteriosa, escondida,
destinada por Dios desde antes de los siglos para gloria nuestra” ( 1Co 2,7).
Hoy puedo dejarme transformar por Cristo. Así empezaré a ser una creatura nueva, hijo en el Hijo y
hermano de quienes, a mi lado, caminan y viven según el Evangelio que nos cambia.