Gracias por tu perdón
P. Fernando Pascual
14-10-2017
Tantas veces he pecado. Tantas
veces me has perdonado. No quiero acostumbrarme, Padre, al regalo de tu perdón.
Por eso quiero darte las
gracias. De corazón, desde mi pequeñez, con mis llagas, con mis miedos, con mis
esperanzas.
Gracias, porque me acogiste en
el gran día del bautismo, porque me libraste del pecado, porque me lavaste con
la Sangre de tu Hijo.
Gracias, porque me hiciste
hijo, miembro de la Iglesia, hermano de tantos hombres y mujeres que caminan,
como yo, bajo tu mirada de Padre.
Gracias, porque me alimentaste
con el Pan de los débiles, porque me permitiste nutrirme con la Carne del
Cordero, porque me invitaste al Banquete.
Gracias, porque me diste tu
Espíritu, porque iluminaste mi conciencia, porque me avisaste para que huyese
del pecado, porque me impulsaste a hacer el bien.
Gracias, porque no dejaste de
amarme cuando caí en el pecado, cuando cedí ante mis pasiones, cuando tuve
miedo de dar testimonio de Jesucristo.
Gracias, porque me invitaste a
acudir al sacramento de la penitencia, para nuevamente recibir tu perdón de las
manos de uno de tus sacerdotes.
Gracias, Dios Padre, porque me
has recordado, una y mil veces, que la misericordia vence el pecado, que existe
esperanza para los que hemos fallado.
Este día, y ojalá cada día,
quiero convertir mi vida en un canto de alabanza, "porque es eterna tu
misericordia".
Como tantos hermanos míos del
pasado y del presente, pecadores que hemos experimentado el gran regalo de tu
perdón, te doy gracias y te bendigo:
"Al que nos ama y nos ha
lavado con su sangre de nuestros pecados y ha hecho de nosotros un Reino de sacerdotes
para su Dios y Padre, a Él la gloria y el poder por los siglos de los siglos.
Amén" (Ap 1,5‑6).