Secretos de la oración

Autor: Alicia Beatriz Angélica Araujo

 

 

 

Cuando sientas deseos de orar, ten presente el sosiego de tú corazón;  el Señor no llega si hay desorden en tú interior.

Líbrate de preocupaciones, entrega todo al Señor, no te reserves nada, olvídate del exterior.

Solo en silencio espera, con confianza, paz, y amor.

Él llegará despacio, como brisa o calor, te brotarán lágrimas, gozo, hasta un ligero temblor.

Recuerda que es un Dios celoso, que todo lo toma, al que todo le doy.

Permítele entrar en tú morada, pelea si es necesario, cuéntale tu dolor, tus limitaciones, tus carencias la necesidad que tienes de su amor, reclama  Su misericordia. Pídele fe, u otro don, porque Él todo nos concede, si es para nuestra salvación.  No te encapriches, y acepta su condición.

Insiste en todo tiempo, aumenta tú fervor.

No tengas  expectativas, no lo pretendas gobernar, sé humilde y entregada, para que Él pueda obrar.

Dios no se repite, ni se deja encarcelar, Él sorprende cada día en su actuar.

No desesperes nunca, aunque se quiera ocultar, es para que pienses en Él y lo anheles de verdad.

Él permanece a tú lado y cuando quiera se mostrará; en acontecimientos que en tú vida pasarán..

Abre entonces los ojos, no pierdas tiempo en  llorar, porque Dios está esperando que lo vuelvas a buscar.