Jesús, Dios, Hombre
Autor: Alicia Beatriz Angélica Araujo
¡Qué generosidad la de nuestro Dios al rebajarse a la condición humana, para facilitarnos nuestro peregrinar en la tierra!
¿Qué dios hay más considerado que nuestro Dios?¿Quién hay más amoroso y tan efectivo como él?
Si realmente dejáramos a Dios ser Dios, nuestra libertad no se vería trastocada o anulada por la opresión o represión que el mismo hombre ejerce en sus errados afanes, ni viviríamos en esta falta de amor que nosotros mismos propiciamos.
Dios Padre nos ha dado en Jesucristo la acabada muestra de la vida que él mismo quiere para nosotros, vida esta que estamos llamados a reproducir en la entrega y en el amor. Dios nos quiere convertidos en” entrañas de amor”.
Es evidente que aún no hemos comprendido en su totalidad el mensaje del Evangelio, por eso estamos como andamos, enemistados los unos con los otros, y hasta con nosotros mismos y con Dios.
Si remáramos mar adentro, pero de nosotros mismos, como dice Jesús a sus discípulos y repite Juan Pablo II, podríamos alcanzar esa transformación y saciar nuestra sed, y la de nuestros hermanos.
Si no aprendemos a ser realmente hombres, criatura de Dios,¿Cómo podremos dar el paso a la santidad?
Tenemos primero que humanizarnos con los otros, y el Señor nos dará la añadidura y su luz cubrirá las tinieblas de nuestro corazón que aún está lleno de alimañas como son la hipocresía, el egoísmo, el odio y la soberbia, todo esto no hace mas que mostrar nuestro desamor.
Y es el amor lo que nos constituye en hijos adoptivos, porque " Dios es Amor" , esa es su esencia, su naturaleza.
¿Qué tienes que Dios no te haya dado?
Sólo una cosa tenemos que nos pertenece y que Dios no dio, y es: "el pecado", si nos libramos de él, día con día, tendremos la oportunidad maravillosa de estar construyendo el Reino aquí en la tierra, simplemente porque emitiríamos su misma imagen, la del Dios hombre, Jesús.