Dame el sincero ofrecimiento 
Autor: Alicia Beatriz Angélica Araujo

 



He amordazado mi boca...
Y apretujando estoy mis labios.
Bozal a mi lengua coloqué, 
Para guardar mis quejas en silencios...
Sorda a todo vituperio...
Muda no respondo a detractores
Mientras el dolor aprieta el corazón,
Y vuelve a mi pecho de granito.
A fuerza de pensar he reprimido
Tratando de encontrar aquél sentido.
Que sirve de consuelo al oprimido.
Al reconocer en mí, lo que nos abunda.
La fragilidad de la condición humana.
Que tantas cosas fugaces se afana.
Se inquieta e inútilmente se dispersa.

Señor, mira que en ti espero.
Tu, mi Dios, no me abandones.
No apartes de mí tus ojos.
Escucha, Señor, estos, mis clamores
Sé mi auxilio, Roca mía...
Tu que sabes del soplo que es la vida.
Devuélveme la alegría de tus hijos.
Resucítame con la mudanza...
Vuélveme la obediencia como virtud.
Que por amor a tu Amor, te glorifique.
Tu que eres mi dicha, mi contento.
Fuerza de lo alto, eres mi anhelo.
Sostenme, que caer no quiero... 
Presa, en la desesperación...
Pues caminar hoy no puedo
Dame el don de la oración.
Dame el sincero ofrecimiento.
De este temporal impedimento.
Para que tu obres con ello
Lo que plazca a tu corazón