Abre la puerta, hijo

Autor: Alicia Beatriz Angélica Araujo

 

 

¿Que acumulas en el desván del alma?

¿Qué guardas con tanto celo?

¿Qué secretas laceraciones, has escondido en el silencio?

¿Qué te quedó arrumbado entre el polvo del tiempo?

¿Qué sollozos se te han secado y quedaron en odios vueltos?

¿Qué perdones te negaste, te negaron, o se perdieron?

¿Qué recuerdos tristes tienes?

¿Qué quedó de aquel requiebro?

¿Qué te deben y no te dieron?

¿Qué no me perdonas?

¿Quiénes y que te hicieron?

Haz crecido tanto hijo.

Ya la niñez partió, dejándote un rostro triste, una mueca, sin fervor.

Está fría tu alma, tan distante y sin amor, que suspiran mis entrañas por abrazarte aún hoy.

Abre tu corazón hijo.

Cuéntame tu desazón.

Sabes, Yo curo las penas, las heridas, el rencor, quito todos los odios, libero, soy  El  sanador.

Al arrepentido, le regalo mi perdón.

Porque solo puedo amarte, aunque no lo hagas vos.

¡ Anima a tu alma!

Abre las puertas al sol

Deja entrar la brisa fresca.

Que penetre Mi calor.

Quiero acunarte, mimarte, restablecer tu vigor.

Esto quiere tú Padre.

¡ Ten confianza, ten valor!

Abre la puerta, hijo.

Abre la puerta: “Soy Yo”.