Liderazgo
Dos clases de líderes
Autor: Padre Alfonso Lopéz Quintás
No es opcional ser líderes; debemos serlo. Pero no todos podemos descubrir a solas la forma de adquirir la capacidad de liderazgo. Necesitamos que un experto nos prepare para ejercer esa función de guías. Guiar de modo certero a quien se halla en perplejidad no es tarea fácil. Exige una preparación esmerada. Para realizar los actos de liderazgo reseñados en el apartado anterior hemos de conocer, entre otros, los temas siguientes:
El sentido de la creatividad y los modos de creatividad que debemos ejercitar en la vida diaria.
El valor que tiene en la vida de convivencia llamar a una persona por su nombre propio.
Los riesgos que implica el ejercicio de la sexualidad desvinculada del amor personal.
Los fines ocultos que se pretende alcanzar con la oferta de ciertos espectáculos.
Para clarificar estas y otras cuestiones básicas, el líder debe conocer a fondo lo que significa ser persona y cómo ha de comportarse ésta para realizar plenamente su vocación y su misión.
De aquí se desprende que existen dos tipos básicos de líderes:
1. Los que guían a personas que no han pensado nunca en ser líderes.
2. Los que orientan a otras personas hacia la función de liderazgo y las preparan para ello.
Son numerosas las personas que pueden ser líderes en alguna medida pero no se deciden a asumir esa función. A menudo les falta orientación y no confían en sus fuerzas. Unas indicaciones acertadas por parte de alguien que vibre con el papel de líder bastan con frecuencia para despertar sus potencias dormidas, incrementar su energía, infundirles autoestima, animarles a formar grupos de trabajo y dirigir sus tareas. Suscitar vocaciones de líderes es la tarea más fecunda de los guías, debido a su efecto multiplicador.
Ambos tipos de líderes ejercen un influjo benéfico sobre las personas y la sociedad. En un momento u otro, en niveles distintos y con grados de preparación diversos, todos dan un paso adelante para encender una luz y abrir un horizonte de comprensión que permita a las gentes descubrir el sentido o el sinsentido de cuanto acontece a su alrededor.