¿Un "respiro" de vez en cuando en cuestión de sexo? 
Somos humanos...

Autor: Alfonso Aguiló Pastrana

Sitio Web: interrogantes.net

 

—Todo el mundo tiene deseos y apetencias sexuales. Y cómo somos humanos, no podemos ignorar que lo natural es que tengamos debilidades. Muchos piensan que no se le debe dar mayor importancia.

Cuando se dice somos humanos, muchos parecen querer justificar que lo natural en el hombre es no tener dominio sobre las pasiones y los instintos.

Sin embargo, debemos esperar algo más de nosotros mismos. Somos seres dotados de inteligencia, voluntad y libertad. Dios nos ha otorgado el don de la sexualidad no para deshonrarlo, abusar de él y degradarlo, sino para darle un uso conforme a nuestra naturaleza de personas racionales.

Decir somos humanos, en ese sentido, conduce a un lenguaje equívoco:

Dices que lo hace todo el mundo, que somos humanos, que todo eso no te afecta tanto, que ya eres un ser adulto, que eres capaz de asimilarlo. No te engañes. Porque serás tú mismo quien recoja las consecuencias en tu propio corazón. Porque esas claudicaciones van levantando en tu interior un muro que va consolidándose más y más, hasta que al final no hay piqueta que lo derribe. Un dique en el que, aunque te cueste reconocerlo, muchos bloques no son otra cosa que egoísmo, y el egoísmo es un refugio equivocado, que acabará por oscurecer esa relación antes transparente.

Algunos dicen que es imposible vivir hoy sin concederse de vez en cuando un respiro en cuestión de sexo. Parece una forma poco razonable de justificarse. Además, con ese planteamiento, a esas personas no debería molestarles que se dudara de la honestidad de sus padres, de su mujer, o de su marido.

Considerar la lujuria o la infidelidad
como
unos simples caprichos
que no se pueden dejar
es una triste forma de engañarse.