¿Qué ha aportado el cristianismo en la historia de la humanidad? 
Hacer balance

Autor: Alfonso Aguiló Pastrana

Sitio Web: interrogantes.net

 

Sin duda, la aportación del cristianismo a la cultura occidental han sido enorme a lo largo de sus casi dos mil años de existencia. Sin embargo, solo podemos captar algo de su extraordinaria importancia cuando tratamos de imaginar lo que hubiera sido un mundo sin cristianismo o cuando observamos los resultados obtenidos por otras culturas.

Un mundo que se hubiera limitado a continuar la herencia clásica no solo habría resultado en una sociedad en la que los fuertes y los violentos se sabían protagonistas, sino que además habría sucumbido ante el empuje de los bárbaros sin dejar casi nada detrás. Durante varios siglos, los reinos bárbaros hubieran combatido de manera infructuosa entre ellos para no poder sobrevivir al empuje conjunto de las segundas invasiones y del avance árabe, suponiendo que este se hubiera dado sin un Islam cuya existencia presupone por obligación la del cristianismo.

Durante los siglos de lo que ahora conocemos como Medievo, Europa hubiera sido escena de continuas oleadas de invasores, sin excluir a los mongoles contenidos por Rusia, de las que no hubiera surgido nada perdurable como no surgió en otros contextos. Ni la cultura clásica, ni la Escolástica, ni las universidades, ni el pensamiento científico habrían aparecido, como de hecho no aparecieron en otras culturas. Además, sin los valores cristianos se habrían perpetuado –como así sucede en algunas naciones hasta el día de hoy– fenómenos como la esclavitud, la arbitrariedad del poder político, el anquilosamiento de la educación en manos de una escasa casta tradicional o la ausencia de desarrollo científico.

Basta echar un vistazo a las culturas informadas por el Islam, el budismo, el hinduismo o el animismo –donde siguen considerándose legítimas muchas conductas degradantes para el ser humano–, para intuir lo que podría haber sido un mundo sin la influencia civilizadora del cristianismo (y eso a pesar de que hoy día hasta la sociedad más apartada puede beneficiarse de aspectos emanados de la influencia cristiana en la cultura occidental, desde el progreso científico a la asistencia social, por citar solo dos ejemplos).

Ya en el siglo XX, el olvido de algunos de los principios básicos de origen cristiano (sobre todo en los regímenes incubados por el marxismo o el fascismo-nazismo) ha llevado a situaciones de una barbarie sin precedentes, una muestra más de que construir el futuro olvidando los principios sobre los que se asienta implica graves riesgos.

Es cierto que los cristianos muchas veces han dejado bastante que desear en el modo de vivir su fe. Con todo, la influencia humanizadora y civilizadora de la fe cristiana no cuenta con equivalentes de ningún tipo a lo largo de la historia universal. Sin la fe cristiana, el devenir humano habría estado mucho más teñido de violencia y barbarie, de guerra y destrucción, de calamidades y sufrimiento; con ella, el gran drama de la condición humana se ha visto acompañado de progreso y justicia, de compasión y cultura.