Objeciones a a Iglesia católica

¿Qué autoridad tiene para decir lo que está bien o mal?

Autor: Alfonso Aguiló Pastrana

Sitios Web: interrogantes.net

 

—Hay católicos que se preguntan qué autoridad tiene la Iglesia para definir qué exige exactamente la moral católica. Dicen que ellos tienen una forma propia de entender lo que significa ser católico, y que no tiene por qué coincidir con lo que digan en Roma.

    Lo que mejor distingue a los católicos de otras confesiones como los luteranos, ortodoxos o anglicanos, es precisamente el hecho de que la religión católica sigue fielmente las enseñanzas de la sede apostólica romana. Querer llamarse católico y no aceptar eso es una contradicción.

    —Me temo que, ante ese planteamiento, muchos responderían que entonces no son católicos, porque ellos interpretan el Evangelio de otra manera y consideran la Iglesia como un invento de hombres.

    En el Evangelio se lee con claridad y en pasajes diversos que Jesucristo instituyó la Iglesia, que puso a Pedro como cabeza, y que le dio las llaves del Reino de los cielos. Y consta también que confió a los apóstoles una misión de enseñanza y tutela de la doctrina: id, pues, y haced discípulos a todas las gentes (...) enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Al tiempo que les aseguraba que no les dejaría solos: he aquí que yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo, sino que garantizaría el acierto de sus enseñanzas: todo lo que atares en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desatares quedará desatado en los cielos. Y les dio también poder para perdonar los pecados: a quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos. Etcétera.

    Los textos son abundantes (se pueden ver, por ejemplo, en Mt 16, 16-19, Mt 28, 19-20, Jn 20, 22-23) y su autenticidad está notablemente contrastada. Es difícil aceptar el Evangelio como de Dios y negar que Jesucristo instituyó la Iglesia, le dio poder para enseñar con autoridad su doctrina, aseguró que estaría siempre a su lado y que todo lo que atara en la tierra quedaría atado en el Cielo. Lo menos que puede deducirse de tales frases es que preservaría a su Iglesia del error en las cuestiones en que, comprometiendo su autoridad, se pronunciara de forma solemne.

    —Otros dicen que no hay que tomarse el Evangelio en sentido tan literal. Que se trata simplemente de entender su mensaje de amor y de paz...

    Pero el Evangelio no es un simple libro moralizante de gran interés, ni una especie de iniciación a la vida dichosa dotada de cierta genialidad.

    Cada cual es libre de pensar lo que quiera, pero me parece una lástima reducir la figura de Jesucristo a un simple pensador antiguo con una filosofía más o menos atractiva y que lanzó unos mensajes muy sugerentes. Además, entonces, vivir conforme a ese libro no sería una religión, sino simplemente tener cierta predilección por un pensador de la antigüedad.

    Si se cree que Dios existe, ha de haber una religión, pues es lo propio de la relación natural que se establece entre cualquier ser y quien lo ha creado. Lo natural es que un hijo trate a sus padres, por la sencilla razón, que no es pequeña, de que le han traído al mundo, debe pensarse igualmente que lo natural en el hombre es mantener una relación con su creador, y puede decirse que eso es la religión.