¿La fe católica no es demasiado exigente? 
El riesgo de la mediocridad

Autor: Alfonso Aguiló Pastrana

Sitio Web: interrogantes.net

  

El heroísmo por el que valdría la pena abogar está en la vida corriente.

Toda existencia auténtica
topa en no pocas ocasiones
con la contrariedad del bien arduo,
pues no siempre coincide lo bueno
con lo que más va en nuestro provecho
o nuestro interés.

—Estás describiendo la ética como algo muy cuesta arriba...

No quisiera teñir la virtud de un aspecto hosco o agresivo. La excelencia moral no debe perder su rostro amable y liberador, pues la virtud es un hábito bueno, y como tal, facilita los actos buenos y permite una atenuación progresiva del esfuerzo.

Aristóteles centró en el hombre libre y virtuoso el verdadero argumento en favor de la moral: la virtud no puede ser aprendida abstractamente, sino que es estimulada por la conducta del hombre excelente. La virtud es un gran ideal de vida.