En solitario es muy difícil 

Su entorno en el tiempo libre. Los clubes juveniles

Autor: Alfonso Aguiló Pastrana

Sitio Web: interrogantes.net

 

  

—Sí, pero puedes estar sacrificándote para pagar un buen colegio, y poniendo un gran esfuerzo para mejorar el ambiente familiar, y luego perderse todo por los amigos que hace durante su tiempo libre.

Efectivamente, por eso debes preocuparte también de que tenga un entorno adecuado para el tiempo libre.

—Sí, claro, pero eso... ¿cómo se consigue? Porque, por mucho que insistas, el chico es muy independiente y no acepta tan fácilmente que le digas en qué ambiente se tiene que mover...

Por supuesto, pero hay factores que favorecen que esté en un ambiente adecuado, y pueden estar en tu mano.

Por ejemplo, hay que pensar en estos temas al decidir sobre el lugar en donde se vive. A lo mejor no es lo ideal para el chico trasladarse a vivir a aquella urbanización de alto standing pero de ambiente frívolo, que le hace casi imposible continuar con los amigos que tenía, y que le desarraiga de un ambiente que le iba bien.

—Pero si tiene aire puro y espacio abierto para jugar...

Sí, pero educar no es cuestión de zonas verdes y pistas deportivas. Aunque son cosas buenas, eso es casi lo de menos.

Y sucede algo parecido con el lugar donde pasar el verano o el fin de semana. Quizá no sea el sitio más adecuado aquel lugar de dudoso ambiente moral –por mucho que digas que a tu hijo apenas le afectará–, o donde los chicos que hay de su edad no parece que le convengan demasiado. Hay abundante experiencia, además, de cómo un chico empieza un bajón irreversible por un mal verano a estas edades. Busca otra solución mejor, pensando más en tu hijo, aunque para ti sea menos cómodo.

—De acuerdo. Yo soy de los que reconocen que si vamos a esos lugares suele ser por comodidad nuestra, de los padres. De todas formas, aunque fuéramos a sitios mejores, no sé si sería suficiente, porque una buena parte del tiempo libre lo pasará en casa, pero el resto querrá estar con sus amigos, y hemos quedado en que eso es bueno. Y la experiencia demuestra que muchas veces no es fácil conseguir que se relacione con chicos conocidos por los padres, y que sean de familias sanas y tengan costumbres y modos de divertirse sanos.

Es un problema que preocupa a casi todas las familias.

Por eso muchos padres
se ponen de acuerdo
para promover clubes juveniles
donde sus hijos aprendan
a pasarlo bien de forma sana,
aprendan cosas útiles,
hagan amigos en
un ambiente favorable y
reciban una ayuda en su formación.

Son una gran tranquilidad para los padres, pues de esta manera los chicos ocupan bien bastantes de esas horas de después de salir de clase, o del fin de semana, o de una parte de las vacaciones, al tiempo que aprenden cosas interesantes.

Por supuesto –igual que decíamos con el colegio–, tampoco se trata de abandonar la educación del hijo en los preceptores o tutores del club juvenil. Sigue siendo responsabilidad de los padres, aunque por supuesto recibirán una buena ayuda.

También son útiles porque es importante que el chico tenga confianza con personas ajenas a la familia que te merezcan garantía. No olvides que pronto probablemente necesitará de una voz amiga que le oriente cuando su autosuficiencia adolescente quizá le retraiga de consultar con sus padres. Esa función cumplen muchas veces los preceptores o tutores de los colegios y de los clubes juveniles, y son una gran ayuda en la tarea educativa de los padres.