Educación sexual 
¿Cómo se logra la naturalidad?

Autor: Alfonso Aguiló Pastrana

Sitio Web: interrogantes.net

 

  

La educación sexual es algo que debe darse fundamentalmente en casa, que compete en primer lugar a los padres. Una tarea de la que no debes desentenderte. No digas que es cosa de ella; ni tú, que de él.

—Pero yo no sé explicarme bien. Es un tema muy delicado y será mejor dejarlo en manos de alguien experto...

No importa que no seas un gran orador ni un gran experto. Eres su padre, o su madre, y eso es lo importante, porque a los padres corresponde abordar estos temas y dar una respuesta oportuna y clara a las cuestiones que el chico plantee.

Además, no es tan difícil. En este libro aprenderás un poco, pero hay muchas más formas de aprender. Te saldrá mejor de lo que imaginas. Será fácil si has sabido ganarte la amistad de tu hijo.

—Es que, mira, precisamente ese es uno de los problemas...

Pues esta es una buena forma de empezar a resolverlo, porque hablándole de cosas serias, que le interesan, aumentará tu confianza con él. Puede ser un paso importante en ese afianzamiento de vuestra amistad.

—Pues yo creo que cuando hable con mi hijo de estas cosas, le va dar bastante apuro expresarse con naturalidad...

A lo mejor tienes tú más apuro que él, y quizá seas tú quien se encuentre un poco incómodo si no tienes costumbre de hablar de estos temas con naturalidad. Los niños muestran curiosidad desde pequeños por las cosas relacionadas con el origen de la vida, y hacen preguntas en ese sentido. Son los mayores quienes proyectan lo turbio de su propia sexualidad en la pregunta del niño, en la que normalmente no hay sino curiosidad sencilla, pasmo, sorpresa o, como mucho, una ligera picardía.

Si los mayores no obran con naturalidad, el chico caza al vuelo que en su pregunta hay algo raro, que no se le contesta de la misma manera que otras veces, e incluso que a veces no se le contesta. Entonces la curiosidad aumenta, y como sabe que en sus padres no va a encontrar respuesta adecuada, pregunta por otro sitio. Y le llega el descubrimiento a través de otras personas que, casi siempre, lo hacen de forma maliciosa, o ruda, causándole una impresión que será difícil borrar y que, en muchos casos, puede influir negativamente en su vida afectiva y moral.

Hay que saber ponerse a su nivel, contestar a todas sus preguntas, y facilitarle que hable con confianza.

A esta edad
está muy receptivo ante estos temas,
y muy interesado.
No rehuirá –al contrario–
una conversación orientadora.
La táctica del silencio
es siempre deplorable.

Te recomiendo también que, como es algo tan vinculado al mundo afectivo de cada persona, lo trates de modo individual. Y cuando hay que entrar en más detalle, nadie mejor que papá para explicar todo al chico, con palabras que entienda, y mamá a la chica. De modo personal, a la edad adecuada y con naturalidad.

—¿Y cuándo?

Aprovecha las ocasiones más favorables.

Y las ocasiones más favorables
de ordinario se presentan
cuando el niño hace preguntas
sobre estos temas.

A lo largo de este capítulo irán saliendo ejemplos. Si tienes dudas, trata el tema con el preceptor o tutor del chico, o con otra persona sensata y de buen criterio que le conozca. Si esa persona tiene ascendiente sobre él, te podrá ayudar a completar esa conversación...; pero sólo completar, no quieras desentenderte de esa responsabilidad como padre o como madre.