Tiempo de Navidad

Matanza de inocentes

Autor: Adolfo Carreto    

 

 

    ¿No se le habrá ocurre a Mel Gibson una película sobre la matanza de los inocentes, ateniéndose, eso sí, al relato evangélico, como hizo con la Pasión?. Porque, si se quiere, más dramatismo hay en este acontecimiento, y más degradante, que en el mismo hecho de la Pasión. Jesús ya era adulto y pareciera que las atrocidades sobre adultos son menos atrocidades que las atrocidades sobre niños. Así es que esta posible película a lo Mel Gibson sería infinitamente repugnante, degradante, condenatoria.

     A Guiotto, el famoso pintor florentino, que tantas páginas de la infancia de Jesús pintó, plasmó igualmente esta de la matanza con una fuerza dramática y un dinamismo compositivo que asombran.

     Ese montón de niños sobre el suelo, amontonados, unos sobre otros, desnuditos ellos, es de un patetismo absoluto. Esa madre que aferra al hijo y que el asesino intenta, arma en mano, arrebatárselo para que siga la suerte de los demás, es de una impiedad impresionante.

     Herodes en el balcón, contemplando, ordenando. Uno de esos muertos, para Herodes, no era el inocente sino el impostor. Pero no hay ley que obligue a permitirle la vida a los demás cuando no se sabe quién es el que puede quitarle el mando a uno. Y siempre, quien manda y ordena, corta por lo sano, es decir, mata sin discriminación. Es lo que ahora llaman prevención.

     Los esbirros cumplen órdenes, ¿quién puede oponerse al poder cuando la fuerza del poder es la muerte? Guiotto, pintándonos esta escena, no solamente relató lo literal de las Escrituras sino que se proyectó al presente, sí, a este presente nuestro que, más o menos por las mismas geografías ocurren idénticos desatinos.

     De nada sirven las lágrimas de las madres, de nada las lágrimas de la humanidad; lo que impera es el por si acaso, la prevención, el intentar una absurda e imposible paz a costa de la muerte de los inocentes.

     Esta página, que fue real entonces, es más real todavía hoy, porque si lo de entonces es difícil de comprender, lo de hoy es imposible. Y me pregunto, ¿qué religión macabra profesan quienes hoy día reactivan la historia de entonces, reactivándola cínicamente en nombre de Dios? Entre todos los detalles de la infancia de Jesús este es uno de los más escalofriantemente actuales. A Herodes lo ha juzgado la historia pero ¿es necesario esperar tanto para juzgar a estos poderosos que se niegan a enmendar la historia del terror? Malos tiempos viven los inocentes.