Tiempo de Navidad. 

El portal de Belén

Autor: Adolfo Carreto         

 

 

El portal de Belén es el que yo hice cuando era niño. No hay otro portal más hermoso ni que se le parezca. El portal de Belén es una creación infantil, esas creaciones, invenciones, poesías sin parangón que se te pegan en el alma y jamás se despegan. Mi portal de Belén era como todos los portales pero distinto. Y es que yo quería que el Niño naciera en mi portal de Belén.


¿Qué es lo que hace un crío cuando inventa su propio portal?. Se sale al campo a recolectar musgo porque el musgo es ese material campestre que te indica también la procedencia. El musgo es lo que se aferra a la dureza de la piedra, del árbol reseco o de lo que sea. El musgo viene siendo un material casi de alfombra para alfombrar la rusticidad del invierno. Un nacimiento sin musgo no es nacimiento.


Y no es nacimiento sin ovejas. Las ovejas, lógicamente, eran las de mi abuela, porque el nacimiento era mío ¿y qué otras ovejas iba a colocar yo allí si no fueran las de mi abuelo? ¿Qué otros pastos sino los que pasteaban las ovejas de mi abuelo? ¿Y qué otra iluminación para el portal sino aquella que inventó mi tío, un farol chiquito colgando de la puerta del portal?. >Desde entonces, las estrellas, para mí, siempre se me asemejaron a los faroles porque, cuando íbamos por las calles del pueblo, de noche, sin la luz eléctrica que no existía, todos llevábamos como luz de guía el farol. Así es que el farol sigue siendo la estrella de mi infancia que alumbraba al portal y a la vida.


Y el río, ¿por qué un río junto al portal?. ¿Y por qué no? Porque un pueblo sin regato no es pueblo, y mi portal de Belén era mi pueblo transformado en lugar para el nacimiento. Y las cigüeñas ¿por qué cigüeñas donde no había cigüeñas?. Y por qué no. En mi pueblo las había, aunque en esa temporada anduvieran por otras latitudes porque San Blas, cuando la cigüeña verás, no es en Diciembre sino en febrero. Sea como sea mi portal tenía cigüeña, y perros que merodeaban, y lobos mansos, y una minúscula laguna con minúsculos patos, y bacas, y caballos, y burritos ¿cómo no iba a haber burritos en mi portal de Belén?


Mi portal de Belén era una fantasía religiosa y campesina, quizá idílica, quizá metafórica pero evidentemente anhelada. Era pobre mi portal de Belén pero era lo suficiente. Era lo que yo quería que fuera. Y este año, si la vida me deja, construiré un portal de belén como aquel, porque aquel portal de Belén era yo y quiero volver a ser niño.