Serie: El profeta

Poemas de Jeremías

Autor: Adolfo Carreto

          

  1. A REY PUESTO

 

Nos pusieron un rey en el trono de nuestro corazón

Y quien lo puso

Tenía el aliento con olor a sangre.

Pusimos nosotros mismos al rey

Pero no lo pusimos en su sitio

Sino en un lugar tan alto

Que a todos nos vio pequeños.

Pusimos al rey por encima de lo que el rey es

Y cuando quisimos colocarlo en su asiento

Nos encontramos con las manos atadas.

El rey nos brindó una sonrisa

Y creímos que con eso nos llenaba el estómago.

El estómago no digiere sonrisas

Y nos salieron úlceras.

Todo rey impuesto no es rey puesto

Pero quien lo impone

Lo hace para tenernos sujetos.

Mañana no habrá rey pero el trono no quedará vacío:

Lo llenará una palabra que se llama Justicia.

 

  1. LOS IDOLOS

 

Los ídolos son productos

Que vienen en envases con etiqueta.

Una cinta dorada los adorna

Y un logotipo les dá categoría.

Tienen también los ídolos sonrisas de mil colores

Y como todo es necesidad

Puede que los abraces con desesperación.

Cuando hay que quemar a los ídolos

No te dejes engañar por sus lágrimas.

A veces el color del oro  no es el color del oro

Sino simplemente color.

Sabrás si Yahvé te ha visitado

Cuando tu altar esté vacío.

Solamente un mantel blanco y tu corazón encima.

No basta con decir: abajo los ídolos.

Busca si en algún rincón de tu corazón

Se ha escondido alguno.

 

3.DIOS QUIERE RECTITUD

 

Si el rey no cita para que recemos con él

Hay que estar atentos a su plegaria:

Puede que pida a Dios

Que sigamos siendo sus esclavos.

Puede que algún profeta nos diga:

El rey es bueno porque acude al Templo.

No escuches la voz del profeta

Que confunde templo con oración.

En la puerta de la Iglesia hay cambistas

Que le pagarán al rey los diezmos

Por traficar en el recinto sagrado:

No alimentes las ganancias del rey

Ni compres un buey para sacrificar a Yahvé

Porque es de la hacienda del estafador.

Dios no desea un sacrificio tuyo

Que te impida alimentar a tus hijos.

El sacrificio que Dios acepta

Es el trabajo para alimentar a tu familia.

En el libro de la Ley están los preceptos

Pero puede que quien los lea

Se equivoque en las palabras.

Toda oración tiene su intención

Y toda ley su interpretación oculta.

Dios desea rectitud.

 

  1. FUERA DEL TEMPLO

 

¿Qué oración  vas a pronunciar tu

si confundes el sentido de las palabras?.

¿A qué Dios vas a rezar

si no has aprendido a distinguir su rostro?.

¿Con qué incienso va a subir tu plegaria

si el corazón lo tienes atada al suelo?.

Escucha, hombre de Judá, para que te enteres:

Voy a dejarte a solas para que sepas qué es rezar.

Cuando nadie te adule a tu alrededor

Podrás comenzar a llenar el vacío.

No me presentes tus ganancias

Que ya sé de dónde provienen.

Ven con las manos en blanco

Y saldrás con el corazón repleto.

No creas que por estar en el Templo ya cumpliste.

Se cumple en la calle

Mirando de frente al caminante.

¿Qué oración vas a pronunciar

si tiene el corazón lleno de deudas?.

 

  1. LA PREDICACIÓN.

 

Se subió al púlpito y dijo: estad tranquilos.

Desde el altar interpretó la palabra de Dios y dijo:

No mires por encima de tu estatura.

Elevó una oración a lo alto que sonó sólo bien

En los oidos de los poderosos.

¿Para quién predicas?.

Dijo luego que la envidia mata

Y los pobres tuvieron que bajar la mirada.

Y los otros, desde sus aposentos,

Lucieron más los dedos con anillos

Y ellas los cuellos con collares.

Dijo también que quien tiene lo ha conseguido con sudor

Pero los que tenía no olían a cansancio

Ni en sus manos se notaban callos.

Los pobres se miraron las suyas y las tenían vacías.

Y dijo por fin

Que Dios bendecía la riqueza

Y los pobres que estaban en la iglesia

Salieron llorando.