Serie: El profeta 

Poemas de Miqueas

Autor: Adolfo Carreto

          

YAHVÉ SE ACERCA

 

Escucha el paso

Atiende cómo la hojarasca cruje

Mira cómo el camino se enderecha

Observa cómo el fruto madura

Atiende cómo la brisa silva

Y la sombra se inclina

Y loco de contento el potrillo trota.

Es Yahvé que ha dejado su lugar

Y se ha puesto en camino.

 

VISIONES

 

Son alucinaciones de campesino:

Se burlaron al escuchar a Miqueas

Hablar de arados.

 

Son deslumbres de tierra adentro

Se burlaron al escuchar a Miqueas

Hablar de sementera.

 

Son delirios de caminante exhausto

Diagnosticaron

Al comprobar la sed de Miqueas

Pregonando la palabra de Dios.

 

Ladra como un mastín

Camina encorvado

Bebe sin limpiarse los labios

}se lleva manzanas a la boca

sin realizar  las abluciones.

 

Eran avisos.

 

Y la voz de Yahvé lo urgió y le dijo:

En sus palacios y en sus templos

}se acurruca el mal

y no en nuestras chozas campesinas.

 

Un tueno espantó la sonrisa de la paloma.

 

ACAPARADORES

 

El sembradío luce floreciente

Y prospera la cosecha:

Soñé con el granero a topa

Y con el lagar repleto.

Hay que comprar a bajo precio

Para vender a precio alto,

Así que la codicia tachó de la plana

El renglón de la justicia.

 

PAZ

 

Han declarado la guerra gritando la paz,

Y la boca se les ha llenado de gusanos.

Ejércitos enviaron a la frontera

Para cerrar las puertas de la libertad.

 

Cuando se derrumbó el muro

Apuntalaron los cimientos

Y construyeron una babel de la dispersión.

 

Hicieron sonar las trompetas

Para asustar a quien no era enemigo

E hicieron redoblar los redoblantes

Para ensordecer el canto de la gaviota.

 

Dijeron que la libertad estaba en el bosque

Y al levantarse y al ponerse las túnicas

Tuvieron que soportar el cuerpo

Atado a la hojarasca.

 

Han voceado la paz en nombre de Dios

A la vez que lo crucificaban con argumentos.

 

El ejército es un enjambre de lobos

Que olfatean la sangre del inocente.

 

LA ERA

 

Ahora

El grano ya suelto

Proclama su enjundia.

Se ha vareado la lana

Y el hilo ha salido al gusto

Y el invierno ya puede esperar un abrigo.

Finalizó la vendimia

Y el mosto ya burbujea en los toneles

Y por doquier explota alegría en abundancia.

La tórtola ha enseñado al pichón

A levantar vuelo

Y el cazador se ha quedado con el lazo,

Fracasado.

El rebaño,

Que andaba disperso,

Ha ido penetrando en el redil

Y no con cabeza de modorra

Sino con respingo de estar en casa.

 

La alegría se enamoró del sol

Y es tanto la claridad

Que no hay sombra bajo el roble.

 

Ayer éramos necesidad

Y hoy la justicia ha borrado las distancias.

 

ESPERANZAS

 

Lo vieron auparse luego del tropiezo

Y quedaron asombrados por la valentía.

Las ramas aplaudieron con la brisa

Y los pájaros trinaron de contento.

 

Lo vieron con la mirada hacia allí

Firme la pisada

Aupada la frente

Sin detener el ritmo

Y quedaron asombrados por la valentía.

El riachuelo rodó un guijarro

Y la picardía del lagarto meneó la cola.

 

Lo vieron canturreando de esperanza

Y quedaron asombrados por la valentía.

Las hierbas se pusieron verdes de envidia

Y en los trigales estalló la amapola.

 

Lo vieron llegar a su destino

Cuando nadie creyó que las fuerzas le alcanzaran

Y tuvieron que aplaudir

Cautivados por su osadía.

 

Luego emprendieron el camino

Gritando que ellos también podían

 

 

 

EL PROCESO

 

Pues hay un juez

Y sobre lo primero que interroga es sobre el amor.

No necesita testigos para la respuesta.

Es el viento al rozar el rostro

Quien deja estelas de sí o no.

Es la brisa al toparse en la cara

La que colorea la vergüenza

O asoma el color de la verdad.

Es el agua que limpia o no

Según el corazón tenga coraza

O ventana de par en par.

 

Hay un juez

Y logra que uno mismo sea testigo y acusación

Y que uno mismo se imponga la pena

Si ha menester

O se aplauda la dicha

Si hay motivo.

 

Hay un juez

Que sobre lo único que interroga

Es sobre el amor en la justicia.

 

EL PERDÓN

 

En el fondo del mar hay una fosa

Donde se amontonan los pecados perdonados

Dios los ha alejado del cielo

Para que el sol no se tropiece con ellos.

 

LA ALEGRIA

 

Si hay que segar, se siembra,

Y si hay que cantar

Se empuja el corazón hacia delante.

 

La cosecha no prospera

Si no se ha escarbado el yerbajo

Y si no se ha aireado el surco.

 

El día de reedificar

Es el día del triunfo

Y no hay mano callosa

Que no se llene de caricia.

 

El arado está ahí

Y ahí la tierra ajada

Y ahí el labrador con el empeño

De meterle vida en la barriga.

 

Si hay que cantar

Se empuja el corazón hacia lo alto..