¿Para qué las cifras?

Autor: Adolfo Carreto         

 

Algunos dicen que sin curas la Iglesia iría mejor, igual que otros afirman que los estados serían mucho mejores sin los políticos. No estoy seguro. La Iglesia no es solamente una cosa de eclesiásticos, igual que los gobiernos no son exclusivamente asunto de políticos. Si así fuera, ¿dónde quedamos el resto, que somos la mayoría y, además, el material que necesitan unos y otros para su razón de ser?. ¿Habría Iglesia sin fieles?. ¿Habría gobiernos sin ciudadanos de a pie? Así es que, a decir, verdad, todos nos necesitamos.

Lo que sí parece cierto es que mientras los políticos van en aumento, los curas van en declive, al menos es lo que se desprende del Anuario Pontificio. Se ha pasado de un promedio de un sacerdote para cada 1.600 católicos, a un sacerdote para cada 2.600. La reducción es considerable. Por ello, para aquellos que dicen que sin los curas la Iglesia iría mejor, pues están de enhorabuena. Quienes apuestan por la reducción de políticos ya no lo están tanto.

De ahora en adelante la Iglesia puede estar comandada por el tercermundismo: crecerá durante este siglo en Latinoamérica, en África y en Asia, a pesar de todos los problemas latinoamericanos, africanos y asiáticos. Al menos eso es lo que se desprende del Anuario Pontificio. En el año 2001 había 1.061 millones de católicos en el mundo y para remediar sus necesidades espirituales se dedicaban a la pastoral 3.862.269 personas entre obispos, sacerdotes, diáconos permanentes, religiosos profesos no sacerdotes, religiosas profesas, miembros de institutos seculares, misioneros laicos y catequistas. Casi todos los rubros han ido bajando excepto los diáconos permanentes, los miembros de institutos seculares, los misioneros laicos y los catequistas, lo cual no deja de ser significativo. Es posible que en estos momentos las cifras hayan variado algo, pero no significativamente. ¿Tendrá esto que ver, acaso con el fenómeno del celibato?. No estaría de más indagar este supuesto, indagarlo científicamente, para que quienes tienen que tomar decisiones lo hagan también científicamente, no caprichosamente o amparados en una tradición que ya no viene a cuento.

A veces es bueno chequear las cifras, compararlas y extraer conclusiones. Al menos es bueno saber, por ejemplo, que entre 1978 y 2001 la Iglesia aumentó en África el 148 por ciento, y que los seminaristas se incrementaron en Asia, África y Latinoamérica, mientras disminuyeron en Europa y Oceanía. Mientras el continente americano reúne la mitad de los católicos de todo el mundo, Europa se ha estancado en el 27.3 por ciento. No obstante, en Europa ejercen ochenta por ciento de sacerdotes más que en América.