Las deidades

Autor: Adolfo Carreto         

 

No lo pongo en duda: David Beckham es un tipo guapo, incluida la trencita con la que se atusa para quienes les gusten las trenzas o colas de caballo. Beckham, para su suerte, o para su desgracia, está casado con una mujer de esas que llaman de clase, de esas de portada de prensa del corazón, de esas vende discos y vende fotografías sospechosas. David Beckham, además le da muy bien al balón, sobre todo si es a balón parado y tiene ante él una barrera. David Beckham pertenece además a la generación de los galácticos, que es una generación comercial degradante del fútbol nacional, pero que es globalizante, lo que da mucha consistencia en la moderna ideología integradora de las finanzas integradoras, así sean las finanzas futbolísticas. David Beckham, además, tiene todo el dinero que quiere, aunque en estos menesteres siempre se quiere más, y no sólo por lo que gana dándole patadas al balón sino por lo que todos ya sabemos. David Beckham es un hombre comercio. Un hombre rentable: para sí mismo y para la organización.

Con un curriculum vitae así ¿a quién se le ha ocurrido que Jesucristo pueda competir con él?. Ni Jesucristo ni nadie. Beckham es el ídolo, esto es, el que suplanta a Dios, el que suplanta a todo lo que se le ponga por delante.

Reza textualmente la noticia divulgada por EFE, que “ante la pregunta de quién es la persona de la Historia que más admiran, los jóvenes británicos colocaron en primer lugar al futbolista David Beckham y relegaron a Jesucristo al puesto número 123, por cierto, empatado con el presidente de Estados Unidos, George W. Bush”.

Se me ocurren varias reflexiones, pero resumamos: los muchachos ingleses saben mucho más de Bus que de Jesucristo a la hora de relegar, que la política cada vez vende menos, sobre todo la de Bush y Blair, y que las iglesias cristianas no deberían de tomar a risa estas reflexiones juveniles, por lo que tienen de desilusionadoras.

Beckham le ha ganado a todo el mundo, incluido a Tony Blair, por supuesto. Aquí, quienes mandan luego del futbolista, son Michael Jakson, Jennifer López, Robbie Williams y un largo etcétera. No hay filósofos ni pensadores en el listado, no hay pintores, no hay escritores, farándula a troche y moche, eso sí.

El responsable de la encuesta ha dado su diagnóstico: “Eligieron a gente que no tiene mucho que decir pero que es guapa... Es un poco deprimente. La explicación está en que a la gente joven se le bombardea desde los medios de comunicación con imágenes que priman la juventud y la belleza”. La verdad es que nos han metido dentro de un laberinto sin salida y con una sola dirección. ¡Ay, Dios mío!.