Las apostasías

Autor: Adolfo Carreto     

 

     Ya lo sabemos: un colectivo, todo un colectivo de Madrid, compuesto por lesbianas, gays, transexuales y bisexuales han firmado un documento y han pedido a la iglesia católica que les retire sus papeles, vamos, que no quieren seguir perteneciendo a la estructura religiosa católica. Y lo han hecho con bombos y platillos, para que todos nos enteremos. Un rechazo de tal magnitud no podía dejar de ser noticia. Siempre es noticia cuando el sexo y la iglesia andan de por medio, y si se trata de un colectivo que sabe darse publicidad, pues más.

     Dicen que esto es apostatar, que es algo mucho más que alejarse de la fe que siempre se había creído y profesado. Un experto en estos temas define a la apostasía como “el rechazo total de la fe cristiana recibida en el bautismo”. Pues me temo que a este caso no se le puede confundir con apostasía pues, hasta lo que sé, o lo que se ha publicado, dicho colectivo no ha rechazado totalmente la fe cristiana sino que la jerarquía católica no les reconozca religiosamente los derechos que ellos creen tener como personas y como creyentes: una vida sexual acorde a su natural temple y una práctica de la religión acorde también a su peculiar circunstancia. Y como la iglesia no se lo concede pues ellos renuncian a pertenecer a una estructura que no los acepta. No obstante, pienso que continúan creyendo en lo que siempre habían creído aunque de ahora en adelante dejen de practicarlo, al menos públicamente.

     Juan Pablo II, en su encíclica Ecclesia in Europa, habló de otro tipo de apostasía, llamándola la apostasía silenciosa, la cual podría considerarse más como un acto de indiferencia, una especie de dejadez por parte de buen número de bautizados de la práctica religiosa que un rechazo frontal a la fe. Europa, y España en concreto, podrían engrosar este colectivo, teniendo en cuenta que más del noventa por ciento de los españoles se consideran católicos pero no más del diez por ciento practicantes. Es decir, que externamente, ni fu ni fa aunque circunstancialmente pongan a Dios por testigo de sus actos: bautizos, matrimonios, funerales, esto es, los actos sociales del ritual. Este tipo lde cultura no antirreligiosa pero si arreligiosa, va tomando lforma en el contexto de la cultura europea que, según el Papa abre el camino para que el hombre abandone la fe y se sitúe claramente en contra de ella, aunque no haga declaraciones explícitas o públicas de apostasía”.

     Pues en estas andamos: colectivos de uno u otro signo, cada cual a su manera, alejándose de la práctica. Como asegura Roberto Serres, experto en derecho canónico, “ante estas diversas situaciones de alejamiento de la fe, en sus diversos grados” lo que hay que plantear es cual tiene que ser el testimonio de la Iglesia ante las diversas situaciones de alejamiento de la fe.