La maternidad

Autor: Adolfo Carreto

 

 

En Perú las muchachas adolescentes que quedan embarazadas se convierten en madres, en España, abortan. Las cifras suministradas por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas son escalofriantes. Cito textualmente según lo relata Pérez-barco en ABC: “En España existen grandes carencias en materia de anticoncepción. Sobre todo si se tiene en cuenta que la mitad de las adolescentes menores de 18 años que se quedan embarazadas recurre al aborto como única solución y que también lo hacen cuatro de cada diez jóvenes entre los 18 y 19 años. Estos datos, relativos a 2001, suponen que en ambos tramos de edad el número de abortos se incrementó un 99,20 por ciento desde 1990. En concreto, se pasó de 4.979 interrupciones voluntarias de embarazo a 9.918”. La cifra es elevada, escandalosa, y me temo que preocupante.

     En días pasados se nos informaba que en España las mujeres no querían tener hijos y que el país se iba desangrando de niñez. Y habíamos comentado en aquella oportunidad que un país sin la geografía infantil necesaria es un país que se va congelando. Lo cierto, al parecer, es que las mujeres españolas sí pueden quedar embarazadas como Dios manda, a despecho del estrés y de otras cosas, pero no quieren. Después habrá que acudir a otras fronteras para adoptar, con todo lo bueno y lo malo que acarrea el proceso de adopción.

     Las españolas no quieren tener hijos, y quienes los tienen procuran deshacerse de ellos. No es el caso de Perú. En Perú, y según datos aportados por la Conferencia Episcopal Peruana “dos de cada diez mujeres que dan a luz en hospitales del Perú sus madres adolescentes de 10 a 9 años de edad”; y esto a pesar de ser madres adolescentes con serias carencias para poder sacar adelante a su prole. Quiere decir que la cultura por la vida, y también la cultura sobre el concepto de maternidad, y también de paternidad, es distinta en Europa y en Latinoamérica, porque ni el caso de España es único dentro del contexto europeo ni lo es el de Perú dentro del contexto latinoamericano.

     La Iglesia Católica peruana desea echar una mano a estas madres adolescentes. Para ello se ha empeñado en una campaña Solidaria llamada Compartir cuyo objetivo es “invitar a cada peruano a volver la mirada y el corazón hacia todas las madres adolescentes, además de reflexionar, profundizar y mejorar su compromiso de vida con los más pobres y excluidos del país”. Pues también en España habrá que implementar alguna campaña para que no continúe avanzando esa impresionante cifra de 9.918 interrupciones voluntarias de embarazo en muchachitas españolas.