Barbarie en la tierra del nacimiento

Autor: Adolfo Carreto 

 

 

La barbarie humana de la guerra, de los terrorismos y de las ideologías, incluidas las religiosas, ha quedado dramáticamente visualizada. El Medio Oriente es la insensatez de nuestro tiempo. Y, en estos momentos, más. No importa tanto, en este comentario, comprobar quiénes fueron los que aniquilaron aquel día, el día de ayer, el día de hoy, y muy posiblemente el día de mañana a niños, jóvenes, mujeres, ancianos... a todas esas personas que el único delito que han cometido es “sufrir ininterrumpidamente los desastres de la guerra. Quizá los asesinos piensen que es mejor borrar de la mente de todos aquellos inocentes las imágenes de dolor y sufrimiento: propias y ajenas. Quizá siguen pensando que aquellas mujeres podrían seguir engendrando nuevos “enemigos”, que aquellos niños se convertirían más adelante en “otros enemigos”, y que aquellos ancianos eran los padres, los abuelos de “sus enemigos”. No sabemos qué pensaron, ni qué se traman.

Algunos comentaristas han escritos que esta barbarie procede fundamentalmente de la intransigencia de la “derecha”. Y en caso de que fuera cierto, tampoco convence el argumento. ¿Existe alguna izquierda que pueda lavarse las manos?. ¿Es tan fuerte el odio de las ideologías que pueda convertirse, como con frecuencia ocurre, en masacre?. ¿Anda la religión de por medio en todo este tinglado?. Hay también quienes afirman que sí.

Creemos, una vez más, que tampoco debe ser este el enfoque. Porque los “religiosos”, de la religión que sean, que utilizan a su dios para masacrar, o los “arreligiosos”, que ven en estos incidentes la excusa para continuar encasillando ideológicamente a las religiones, lo único que logran, consciente o inconscientemente, es defender su propio punto de vista utilitariamente político. Esto es, ellos harían, en su postura ideológica, lo mismo que hicieron los contrarios.

Uno a veces tiene la tentación de pensar que hemos sido educados para en odio. Los valores humanos, que no pertenecen a tipo alguno de ideología, pareciera que son “valores” solo si se acomodan a nuestro punto de vista, pero antivalores si los defiende nuestro vecino.

Y esto que está ocurriendo allí, en la tierra donde nació Jesús, ocurre igualmente, aunque en escala más pequeña, dentro de nuestra propia casa, aunque pareciera que la sangre no llega al río. >Continuamos protagonizando, ideológicamente, numerosas masacres. Y eso, antes o después se paga.

A veces pareciera que el Medio Oriente esta lejos. Hemos de pensar si no lo está tanto.