La niñera

Autor: Adolfo Carreto

 

 

    Esto de los amoríos secretos de los famosos cada vez son más sustanciosos, porque se planifican secretos para, posteriormente poder ser aireados, con todo el lastre que arrastra consigo el aireo. Los escándalos amorosos son escándalos aunque no sean amorosos pero si los protagonizan los famosos. Un escándalo mío, es un decir, en estas lides, ni va ni viene, que esa es la ganancia, si a ver vamos, que uno tiene cuando su nombre no es de titular periodístico. Pero hoy día los famosos tienen que salir a la luz pública por sus escándalos, reales o ficticios, eso cuenta menos, para que la industria prospere.

     El escándalo periodístico de estos días viene fechado en Inglaterra y los protagonistas son tres: la pareja de actores Jude Law y Sienna Miller, y la niñera. Lo de la intromisión en este capítulo de la niñera coloca argumento cinematográfico al asunto, y quien sabe si, además del escándalo reporteril no viene sustentado más adelante por una película que, aunque no sea protagonizada por estos dos protagonistas reales de la historia real de la infidelidad conyugal, todos nos fijemos en ellos.

     Es el caso que Jude Law, cotizado por el celuloide, ha caído en los brazos de la niñera de uno de sus hijos, y este ya es pecado imperdonable. Entre famosos, cuando la infidelidad prospera, ya no hay quien la aguante. Entre los de a pie, tampoco, pero pasa con más facilidad por debajo de la mesa.

     Es el caso, digo, que la niñera ha entrado en escena informativa, ha concedido entrevista y los periódicos, gracias a sus verdades o mentiras, a sus ocultamientos o desocultamiento, se han hecho más millonarios. Leo que The Sunday Mirror ha vendido 60.000 ejemplares más por semana por la publicación del espectáculo infiel; que The Guardian, gracias a la niñera, ha vendido un 4.3% más de ejemplares, y que otoros diarios y semanarios ingleses los secundan. Las infidelidades de este tenor son muy lucrativas para el negocio de la información, pero me temo que también para las niñeras, porque cuánto habrá cobrado la tal muchacha por dejarse engatusar de Jude Law, o por engatusar a Jude Law, que uno nunca lo sabrá del todo, y por confesarlo en exclusiva a los negociantes de semejantes infidelidades.

     La verdad es que, puestos a pensar, no sabemos quién es más infiel: si Jude Law con su pareja Sienna, o si la niñera, que desconozco su nombre, lo cual tampoco importa como negocio, con el actor británico. No creo, a decir verdad, que el actor la engañara. Más bien sospecha que ella se dispuso para el engaño, y para cobrar luego por su seducción a engañar. Lo cierto es que estas noticias son más económicas que informativas, pues al fin y al cabo, que más tiene que Jude lo haga con una o con otra.

     Pero lo que indigna es que se compre más este tipo de noticias, absolutamente intranscendentes y de ninguna consistencia informativa, que otras noticias que, miradas egoístamente, puedan rascarnos el bolsillo. Y es que no solamente los periódicos se alimentan del virus del morbo para publicar sino que también los lectores nos alimentamos conscientemente de la basura que se nos ofrece. He leído la noticia pero no la entrevista de la niñera, pues esa comida no es de mi gusto.

.