Matrimonios voladores

Autor: Adhemar Cuellar

 

 

Salmo 55,5-8 El corazón me salta en el pecho; el terror de la muerte ha caído sobre mi. Me ha entrado un temor espantoso; ¡estoy temblando de miedo! Y digo: Ojala tuviera yo ALAS como de paloma, VOLARIA, entonces y podría descansar. VOLANDO me iría muy lejos; me quedaría a vivir en el desierto.
 
Un sinnúmero de ocasiones en el matrimonio y en la familia, pasamos por momentos difíciles, los problemas abundan en el hogar, el corazón esta sufriendo  y quizás cantamos el estribillo de aquella canción que dice:  “Mi corazón herido que sangra que sangra de amor”,  aquel personaje que era el hombre o mujer de nuestros sueños se ha convertido en nuestra pesadilla,  nuestro matrimonio y familia antes solo eran películas fantasiosas románticas y de Ciencia Ficción,  hoy solo filmamos películas de drama y terror.  Cuantos de nosotros al vernos en medio de todo este sufrimiento desearíamos HUIR,  o como dice el Salmo 55,7 quisiéramos tener alas, para volar y desaparecer, e irnos a otro lugar,  cuantos miles y miles de esposos  y esposas al verse traicionados, al ver que solo existe el misterio doloroso en su matrimonio, desean escapar.  Muchos estamos como aquel hombre que llega a la Terminal de buses y dice al que vendía boletos:
-Me vende un boleto
Donde quiere ir Señor responde el boletero
-a lo que el hombre responde, mire déme cualquier boleto, no me interesa el destino, yo quiero subirme a cualquier bus, y desaparecer simplemente no quiero estar mas en este lugar.
  -Otros  huyen del problema y buscan solucionarlos ahogándolos con el alcohol,  queremos ahogar las penas, pero parece que estas aprenden a nadar.
-         Algunos buscan curar la traición, la infidelidad del esposo (a) buscando otro amor,  pensamos y decimos en fin “un clavo saca otro clavo”
-         Hay quienes por desesperación se van al refrigerador y empiezan a comer, y piensan que la comida les solucionara sus problemas.
Sabia usted que la comida hace daño,  pues así lo decía un hombre que era vegetariano y transmitiéndoles sus conocimientos a la concurrencia les decía:
-         La carne hace daño
-         El pollo hace daño
-         La comida china hace daño
-         Las hamburguesas hacen daño
-         Pero aun hay otra comida que hace mas daño que todas las comidas juntas les decía, y les preguntaba: saben ustedes que comida es la mas dañina?  y la concurrencia al escuchar esto, quedaron  llenos de curiosidad y comentaban unos con otros para responder que comida era la que mas daño hacia  y nadie respondía, cuando de pronto al fondo un “viejito” con voz segura responde:
-         Señor yo se que comida es la que hace mas daño, y dice la comida que mas daño causa es la TORTA DEL MATRIMONIO. EL PASTEL  QUE comemos en nuestra boda esa es la comida que hace daño?
Que tal, la comida que mas daño y dolores de cabeza es la torta de nuestra boda, quien no recuerda lo dulce de la torta de aquel día en que empezábamos lo que pensábamos era el cielo en la tierra,  y resulta que lo dulce del matrimonio, con el transcurrir del tiempo se vuelve y se transforma solo en tristezas y amarguras.
La torta del matrimonio se convierte en la comida mas dañina y mas cara,  Como que es cara, preguntara usted, como aquel niño de 7 años que le pregunta a su papa:
Papa es caro el matrimonio? Cuanto cuesta casarse papa?
-Y el papa con una cara de amargura responde:
No se cuanto cuesta hijo el matrimonio, lo que si se es que hasta AHORA ESTOY pagando la osadía de convencer a tu madre para que se casara conmigo.
La verdad, verdad que resulta caro el matrimonio, cuantos de nosotros estamos pagando muy caro el  haber dicho ¡SI ACEPTO!. 
Otros y otras también están queriendo huir y volar del matrimonio. Y mas de uno se parece también a aquel hombre que cuando se fue su esposa al mercado, el se puso de rodillas en su cuarto y oraba al Señor diciéndole así:
Señor cambia a mi MUJER
Señor cambia a mi esposa…
Cuando de pronto la esposa que se había olvidado el dinero para las compras vuelve a casa y se encuentra con su esposo orando y al escuchar su plegaria, ella también cae de rodillas y ora al Señor así:
-¡Si! Señor cámbiame, cámbiame hazme cambiar
A lo que el marido gritando le dice  ¡CALLATE!,   no interrumpas, yo le estoy pidiendo al señor que te CAMBIE, pero lo que yo le pido es que TE CAMBIE POR OTRA…
 
No mas oración, cambia a mi esposa (o) por otro.
No mas huidas lejos de nuestro hogar.
No mas intenciones de querer tener alas  para de desaparecer.
Lo que debemos hacer es lo que nos dice el salmista en el versículo 17 y 18 del salmo 55
“ Pero yo CLAMARE a Dios; EL Señor me SALVARA.  Me QUEJARE, y LLORARE,  MAÑANA TARDE Y NOCHE, y el escuchará mi voz.
No tenemos que huir, no debemos de buscar solucionar este problema del matrimonio y del hogar por nuestras propias fuerzas, no tenemos por que confiar en falsas soluciones que el tentador nos va a presentar, lo que debemos de hacer es CLAMAR a Dios, orar y suplicar a Dios, mañana, tarde y noche, como dice su palabra.  Pidamos al Señor por medio de esta oración, que salve nuestro matrimonio, que vuelva a unir a nuestra familia,  y si usted ya se divorcio, pídale también al Señor que le sane las heridas del pasado, pídale que El le de una nueva oportunidad de ser feliz y rehacer su vida. 
 
Oración: Amado Padre, en este momento, en nombre de tu amadísimo hijo Jesucristo, me acerco a ti para pedirte por mi matrimonio,  me dirijo a ti, para presentarte mi problema, la herida que ha causado daño en mi hogar te presento el dolor que en estos momentos me embarga, por que ya no hay  comprensión en mi hogar, la alegría y felicidad que acompañaron el noviazgo y los primeros años de matrimonio han desaparecido en mi hogar, Señor como el Salmista hoy te digo: SALVA mi matrimonio, levanta mi hogar,  unifica mi familia,  Señor a ti te clamo mañana, tarde y noche, por que alzo los ojos y contemplo tus maravillas y me pregunto de donde me vendrá la ayuda? Y firmemente mi corazón me responde MI AYUDA VENDRÁ DEL SEÑOR creador del Cielo y de la tierra. Gracias Padre te doy en este día, por que tu  eres mi única esperanza y en ti confió plenamente.  Por eso no me canso de alabarte y agradecerte.  Amen.