La tortuga

Autor: Adhemar Cuellar

 

 

Romanos 12,9-10 “Que el amor sea sincero. Aborrezcan el mal y procuren todo lo bueno. Que entre ustedes el amor fraterno sea verdadero cariño. Y adelántense al otro en el respeto mutuo.”
1ra Corintios 13,1-2 “ Aunque hablara todas las lenguas de los hombres y de los Ángeles, si me falta el amor seria como bronce que resuena o campana que retiñe. Aunque tuviera el don de profecía y descubriera todos los misterios, el saber mas elevado, aunque tuviera tanta fe, como para trasladar montes si me falta el AMOR NADA SOY.”
 
Un niño estaba golpeando a una tortuga, esta al verse amenazada se esconde en su caparazón,  al ver esto el niño  empieza a golpearla para que saque nuevamente la cabeza y sus patas,  sal de ahí tortuga cobarde le increpaba el niño,  me tienes miedo tortuga cobarde, y la golpeaba dándole puntapiés y  luego agarra un palo y golpea el caparazón de la tortuga con el objetivo de que salga de su encierro,  en lo que esto sucedía, el papa del niño entra en escena y al ver  a su hijo le dice: Pequeño Jeremías, de esa manera no lograras nada, con golpes nunca lograras hacer que la tortuga vuelva a caminar,  y tomando al  reptil, lo lleva a un lugar donde estaba quemando la basura,  y acerca la tortuga al fuego, la cual lentamente al sentir el “CALOR” del fuego, empieza  a sacar primero la cabeza luego las patas y empieza  a caminar nuevamente.  El papa alejando a la tortuga del fuego le dice a jeremías:  Hijo mió espero que no te olvides que con rudeza y golpes  nunca lo ibas a lograr, pero si con el calor del fuego, al calor del fuego si se logra hacer muchas cosas…
 
Muchas veces tratamos, hacer las cosas a golpes, con rudeza, queremos que los demás nos acompañen a la iglesia, los llevamos a la fuerza, con amenazas, intentamos hacer que en nuestra familia nos escuchen gritando, levantando la voz,  pero en vez de obtener buenos resultados casi siempre no logramos nada,  por querer solucionar todo con golpes y usando la fuerza, nos ganamos la antipatía, y el resentimiento de nuestros seres queridos, y amigos.
  Mas por el contrario,  utilizando el calor de una palabra tierna, cariñosa, amable obtenemos la llave para poder entrar a la mente y el corazón de las personas.
 
A veces  sucede que en la iglesia, nos calentamos, el fuego del amor, la llama del Espíritu Santo nos quema, y nos emocionamos,  salimos de la iglesia,  y en la casa al ver al resto de nuestra familia  que por quedarse a mirar  el fútbol, o compartir con los amigos , al mirar a nuestros hijos que no quieren ir a la iglesia,  nosotros en lugar de contagiarlos con el calor del amor que nos regalo Jesús,  enfriamos mas aun las relaciones familiares al decir frases como esta:
¡Pecadores! ¡ustedes se van a ir al infierno!  ¡Dios no los quiere por que no van a la iglesia! y nos enojamos, y el ángel que salio de la iglesia se transforma en ángel caído, se nos borro la película del amor y empezamos a filmar una película llamada “ LA LENGUA ARDIENTE ”, pues las palabras como fuego que quema salen de nuestras bocas, palabras que hieren, lastiman, dañan a nuestros seres queridos que al ver nuestra actitud, si quizás de repente en alguna ocasión pensaron en acompañarnos a la iglesia, empiezan a cuestionarnos y  a decir, para eso van a la iglesia, para insultar, gritar, calumniar. Es por eso que yo prefiero quedarme en casa, para que fingir y ser más “transformer” que los autos que llegan del Japón.
 
La realidad del creyente, es que,  en mas de una ocasión tendra que enfrentarse con diferencias de carácter, desigualdad de ideas y opinión, dentro de nuestra familia, con los amigos, en reiteradas oportunidades habrá que enfrentar discusiones y peleas,  debemos ante estos acontecimientos recordar siempre la historia del niño y la tortuga que les conté, nunca olvidemos que con rudeza, con golpes, con gritar, discutir y pelear no lograremos nada,   no es con la fuerza, ni con la espada que el mundo cambiara,  SOLO EL AMOR LO CAMBIARA,   solo el fuego del amor de Cristo quemando nuestros corazones y fluyendo por medio de nuestro ejemplo de vida,   hará que los demás acepten infinidad de cosas,  con palabras tiernas, suaves, y sobre todo palabras de compasión hará que todo sea diferente en nuestra vida, y en la de los que nos rodean,  recordemos lo que Jesús nos ordeno en Juan 15,12 “Este es mi mandamiento: que se amen unos a otros como yo los he amado”   
Les dejo una frase para que la recuerden siempre  El calor y el fuego del amor, derriten todo el hielo y frialdad de las personas” 
Sobre todo lo mas importante,  que aunque tenga todo en la vida si me FALTA EL AMOR NADA SOY.  Amen.