Una muerte anunciada

Autor: Adhemar Cuellar

sitio web: Mensajes con poder   

 

¿Usted tiene miedo de algo?  Los temores varían según las personas y las circunstancias,  algunos tienen miedo al abandono, otros tienen miedo a la enfermedad, hay quienes tienen miedo a que los visite a diario su suegra, los hay quienes tienen miedo a la violencia, al robo, etc. Según algunos estudios dos de los temores más dominantes en la gente es:

1 Miedo  Hablar en publico

2 Miedo a la muerte

En este día me toca enfrentar estos dos temores, hablarles a ustedes y hablarles de la muerte.  

Todos los días escuchamos  y conocemos noticias acerca de muertes, tragedias,  cientos de muertos por terrorismo, muertes por accidente, muertes por imprudencia de personas conduciendo bajo los efectos por el alcohol, muertes por enfermedades crónicas  o simplemente muertes por causas naturales,  nuestra expresión  cuando conocemos estas noticias  es: ¡Que desastre! ¡Que tragedia! ¡Que pena! ¡Pobrecito, tan bueno que era!  Podríamos decir que la muerte nos acecha como una sombra.

En el evangelio de Lucas 13,1-5  a Jesús le llevan la noticia, había ocurrido una matanza, Pilatos había mandado matar a unos galileos en el templo.  A mí me impresiona la actitud de Cristo al conocer la noticia él responde con una  pregunta: ¿Creen ustedes que esos galileos eran más pecadores que los demás porque corrieron semejante suerte? Yo les digo que no y si ustedes no renuncian a sus caminos, perecerán del mismo modo. Y ya que le tocaron el tema de la muerte, el Maestro continua hablando de la muerte diciendo: “Y aquellas dieciocho personas que quedaron aplastadas cuando la torre de Siloe se derrumbo, ¿creen ustedes que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Yo les aseguro que no. Y si ustedes no renuncian a sus caminos todos perecerán de igual modo.

Mueren miles de personas a diario,  y millones cada año, las noticias de la muerte que se dan en esta ciudad en este país y  en todo el mundo  tienen este objetivo: hacernos reflexionar, tienen el propósito de hacernos  meditar que la muerte no tardara en llegar, recordarnos que la muerte no es solo para los demás: mueren los niños, como también los jóvenes, mueren los adultos como también los ancianos.  La muerte según el evangelio que leímos nos advierte que tenemos que cambiar de vida, dejar nuestras malas acciones estar preparados espiritualmente. 

Según nuestra doctrina de fe: Para algunos la muerte será un regalo, para otros un castigo

Un  día pregunta una amiga a  Lidubina ¿Qué te regalo este año en tu cumpleaños  tu esposo?,

 -Nada dice Lidubina. 

¿Y por qué?  Pregunta  la amiga. 

-Es que el año pasado me regalo un terreno en el cementerio, y me ha dicho que no me va a regalar nada más, hasta que no utilice ese regalo,  hasta que no  use ese terreno no me regalara nada…

Aunque  sus seres queridos  no le den nada  a pesar que los demás no le regalen nada, a pesar de que hay personas que quisiera quizás que usted deje de existir,  para cobrar la herencia,  algunos yernos o algunas nueras dirán a su suegra, cuando la visiten y la vean enferma le preguntaran como lo hizo Lidubino cuando visito a su suegra:

¿Cómo se siente suegrita?,

-muy mal responde ella y con voz  agonizante  dice “Siento que estoy a las puertas de la muerte” “Siento que estoy tocando  las puertas de la muerte”

-Sonriendo  el yerno comenta: ¡No se  rinda,  Suegrita, no se quede de brazos cruzados, si dice que esta tocando las puerteas de la muerte toque más fuerte para que le ¡abran la puerta,  pase! 

 Ante la mala noticia de la muerte, cuando la muerte  algún día toque las puertas de su vida,  hay una  buena noticia, la buena nueva es que Dios  tiene un regalo para darnos, este es el regalo que ansia y desea obtener todo ser humano.  Este regalo se llama  VIDA ETERNA la buena noticia es que la muerte ha  sido vencida,  Jesús fue a la cruz, murió en la cruz, pero al tercer día resucito  de entre los muertos, Cristo venció a la muerte y nos ha dejado escrito: Yo soy resurrección y la vida  el que cree en mi aunque muera vivirá (Juan 11,25), Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, y todos viven por el “(Lc 20,38)

No conocemos el día ni la hora en que la muerte llegara a nuestra vida, pero si sabemos lo que tenemos que hacer antes de que llegue: El Señor en su palabra nos invita a cambiar nuestros caminos, dejar de lado nuestras malas acciones, Cristo nos dice que tenemos que convertirnos en nuevas personas. Por tanto en este momento doblemos rodillas pidamos perdón a Dios, supliquemos que el Señor derrame su gracia y misericordia en cada uno de nosotros,  para que cuando la muerte llegue, o como dijo la suegra de Lidubino, cuando nosotros estemos “enfermos tocando las puertas de la muerte”,  esta nos encuentre arrepentidos, perdonados, limpios y santos.  Amen