Final Feliz

Autor: Adhemar Cuellar

 

 

Yo soy el PAN DE VIDA. Sus antepasado comieron el maná en el desierto, pero murieron: a.C. tienen el PAN que baja del cielo, para que lo coman y ya no MUERAN.

Yo soy el PAN VIVO, que ha bajado del cielo. El que COMA, de este PAN VIVIRA PARA SIEMPRE, el pan que yo daré es mi carne, y lo daré para la vida del mundo. (San Juan 6,48-51)

 

Un niño de 3 años convence a su padre para que le compre una mascota, (un perrito).

En el mercado de cachorros, habían perros de toda clase, para todos los gustos y disgustos.

Su papá le dice al niño:  tienes 5 minutos para decidir cual será tu primera mascota, tu primer perrito,   escoge el can que mas te guste.

El niño al ver tantos perros no sabe cual escoger,  pero de pronto, encuentra uno que le llamo la atención,  por que se veía muy alegre y feliz, y lo demostraba moviendo su cola.

¡Papá! ¡Papá! Quiero ese perrito, ese que tiene el FINAL FELIZ.

Cual final feliz? Pregunta confundido el Papá.

Ese, ese no ves que tiene el final feliz.

Y el papá al ver que uno de ellos marcaba la diferencia por que estaba alegre y movía bastante la colita, se da cuenta a que se refería el niño, cuando le decía el final feliz,

Llevémonos  hijito el que tiene el FINAL FELIZ

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Usted quiere llegar al final de su vida y tener un FINAL FELIZ?

 

Las telenovelas en su mayoría (99.99%) tienen un FINAL FELIZ.

Las películas también por lo general.

En nuestro interior existe un deseo y anhelo por un FINAL FELIZ:

Ya sea en el hogar y en el matrimonio.

En el negocio.

En la universidad. Y en todos los aspectos de nuestra vida.

Debemos luchar y esforzarnos por alcanzarlos.

Pero por sobre todas las cosas debemos preocuparnos por que nuestra alma y espíritu  tengan un FINAL FELIZ.  

 

Como lo lograremos? 

El secreto para esto se llama  EUCARISTÍA

Jesús nos lo enseña en Jn. 6,48-51 “ El que coma de este PAN VIVIRA POR SIEMPRE”.

 Si de veraz queremos tener un Final feliz, debemos por lo tanto alimentarnos con el alimento de VIDA ETERNA, 

Jesús se ha querido quedar en ese pedacito de pan, para que nosotros podamos alimentarnos todos los días y no desfallecer en este caminar hacia la CASA DEL PADRE.

Este “preciosísimo” alimento espiritual esta disponible TODOS LOS DÍAS, en miles y miles de iglesias que celebran todos los días el SACRIFICIO de JESÚS en la cruz por nosotros.

LA SANTA MISA. Nos lo Lo recuerda día a día :

JESÚS CONVERTIDO EN EL PAN VIVO,  BAJADO DEL CIELO.

Quien tenga la GRACIA de alimentarse de EL,  tendrá   un 

FINAL FELIZ  Y VIVIRA POR SIEMPRE.

 

¡Gloria a Dios! ¡Alabado seas por siempre!  ¡Gracias Jesús! 

Por darnos un regalo tan maravilloso y fenomenal:   LA EUCARISTÍA ”.