Extra habladores

Autor: Adhemar Cuellar

 

 

“Nosotros no podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído” Hechos 4,20

Si  a usted  que está hablando de Dios,  Si dedica parte de su tiempo en hablar y anunciar la Buena Noticia, se le acercan  y le dicen, que usted está prohibido de hablar de Jesucristo, a usted le ordenan que no pueda enseñar nada referente a Cristo.   ¿Qué respondería? ¿Cómo enfrentaría tal desafío? 

Pedro y Juan se enfrentaron a esta situación,  y  reaccionaron valientemente diciendo: “Juzguen ustedes si es correcto delante de Dios que les hagamos caso a ustedes, en vez de obedecer a Dios. Nosotros no podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído” Hechos 4,19-20

En la actualidad también existen  voces que quieren callar a los  que proclaman a Jesucristo.  La forma que emplean es diferente, para callar las voces simplemente se dedican a anunciar y hacer propaganda para el mal.

Los que se dedican a anunciar el mal, no paran, ellos luchan y se esfuerzan todo el tiempo por hablar de su “producto”.   Está claro que los que ofertan  pornografía todo el tiempo están ofreciendo diferentes maneras de que usted quede atrapado en sus productos. También en los medios de comunicación masivos, cada día aumentan las ofertas  de jóvenes que se ofrecen para vender su cuerpo. La prostitución cada minuto aumenta.

Los que venden bebidas alcohólicas, están creando  cada día diferente tipo de publicidad para luego ofertarlas por los medios de comunicación

La oferta de droga se multiplica, ahora la venden abiertamente en los colegios, en las discotecas, en la calle.  Este producto que lleva a la perdición de millones de personas es ofertado de diferentes maneras.

Estoy seguro  que todas las personas que se dedican a ofertar todo tipo de productos que llevan a la perdición de las almas, lo hacen  porque están convencidos y dicen: “No puedo dejar de ofrecerte lo que te provocara alegria”  “ todavía no has visto  el gozo  y la felicidad que tendrás si pruebas un poco de esto” y esta frase es puesta en acción en todos  los productos que  llevan a la oscuridad y perdición de las  almas.

Para combatir este bombardeo del mal necesitamos que aparezcan miles como Juan y Pedro  que tengan la valentía y el coraje de anunciar y ofrecer un producto diferente, ofertar las buenas nuevas, proclamar la buena noticia, diciendo en forma especial, en los lugares en que habita y reina la oscuridad:  “No podemos callar lo que hemos visto y oído”,  y si le preguntan  ¿que es lo que has visto y oído?, simplemente hay que decirles:  “He visto  que hay algo que te dara una nueva vida,  he conocido una forma diferente de obtener alegría y felicidad,  tengo el  producto que te llevara al paraíso,  quieres una probadita, amigo “Ven a probar y ver que esto que te ofrezco es bueno” (Salmo 34,9)

Estamos llamados a proclamar el nombre del Señor, tenemos que contar, tenemos que divulgar que Dios es bueno, debemos hablar de sus grandes milagros y hazañas por el mundo entero (Salmo105, 1)

Al terminar quiero hacerle dos preguntas:

¿A usted le gusta hablar? ¿Cuánto tiempo pasa hablando?

El 18 de enero de este año (2009) el francés Lluis Colet, de 62 años, batió el record mundial del discurso más largo, al hablar sin interrupción durante 124 horas, es decir, cinco días y cuatro noches. Colet  batio el anterior registro, el de un indio que hablo durante 120 horas.

El ser Cristiano nos compromete  a batir todo record en lo que se refiere al hablar y proclamar a Jesucristo.

Si usted ve que su colega sacerdote habla  cuatro horas al día,   usted pulverice ese tiempo hablando ochos horas diarias.

Si vemos que los demás  proclaman a Cristo, nosotros también hagámoslo en el mayor tiempo posible.

Pidamos a Dios que nos capacite, que nos envié a hablar y proclamar su nombre muchas horas, muchos días, muchos años,  esforcémonos por hablar más del reino de Dios.   Y cuando las voces del mal quieran callarnos digamos con valentía y emoción: nosotros no nos callamos, “nosotros no podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído” (Hechos 4,20). Amen