Obediencia
Autor: Adhemar Cuellar
Un día, estaban en la iglesia pasando clases de preparación para el sacramento de la primera comunión. El sacerdote pregunta a los niños:-¿Estudiaron su lección de Catecismo? ¿Levanten la mano los que estudiaron?
De los 100 niños que asistían a clases 99 levantan la mano y aseguraban que habían estudiado su lección de catecismo.
El sacerdote se dio cuenta que uno de ellos no levantó la mano, se dirige hacia el niño y le pregunta: -¿Y tú por que no estudiaste tu lección? ¿Por qué no has obedecido? Y dirigiéndose a todos los niños sigue hablando y nuevamente pregunta:-¿Saben ustedes donde van a parar los niños desobedientes?
el niño que no había estudiado, antes que le ganen sus compañeros responde: -Si padrecito, yo se donde van los niños desobedientes, ellos van donde quieren, los niños desobedientes van a todos lados.
Las palabras del niño tienen mucho de verdad, el hecho de no obedecer las leyes de Dios nos lleva por todos lados, pero estos lugares están llenos de amargura, llanto, dolor, sufrimiento, tristeza y lamentos. Al desobedecer llegamos a diferentes situaciones, caminos llenos de piedras y tropezamos y al hacerlo nos convertimos en cantantes. Nuestra canción preferida viene a ser aquella que dice: - “Tropecé de nuevo con la misma piedra, en cuestión de amores nunca aprenderé”
Desobedecer a Dios, nos lleva de cantina en cantina, de los brazos de una a otra mujer y vamos por la vida de parranda en parranda cantando la canción:-
“El vino, las mujeres la parranda y el amor son cosas que en la vida recompensan el dolor… al final la vida sigue igual”.La desobediencia nos hace vivir mirando el pasado, lamentando, sufriendo y amarrados a lo que ya se fue.
En fin como dijo el niño, los Desobedientes van a cualquier lado, pero ninguno de ellos es agradable y de beneficio para nuestras almas. ¿Cómo logramos cambiar la desobediencia?
La persona que nos puede ayudar, tiene que ser alguien que haya aprendido a obedecer, este es el personaje mas famoso de la historia, aquel que obedeció a su Padre, fue obediente hasta la Cruz. Su nombre es el que está sobre todo nombre, se llama Jesucristo.
Dejemos que la escritura nos hable y nos dé una lección de obediencia para aplicarla a nuestra vida en Hebreos 5,7-9 “Mientras Cristo estuvo viviendo aquí en el mundo, con voz potente y muchas lágrimas oró y suplicó a Dios, que tenía poder para librarlo de la muerte. Por su obediencia, Dios lo escucho. Así que Cristo, a pesar de ser su Hijo, sufriendo aprendió lo que es la obediencia y llegó a perfeccionarse, a ser fuente de salvación para todos los que lo obedecen”.
al morir en la Cruz, Jesús nos enseña la lección perfecta de la obediencia, ha llegado a ser fuente de auxilio y guía para todos los que estén dispuestos a ser alumnos de su clase y pasar por este examen espiritual.
La desobediencia a la voluntad de Dios y a sus leyes, primero producen: alegría, gozo y felicidad, pero luego viene el llanto la tristeza el fracaso y el dolor y finalmente vendrá el sufrimiento eterno. La obediencia y sumisión a Dios, primero trae sufrimiento, tristeza, dolor, pero después se convierte en gozo, paz, alegría y felicidad eterna. Gloria a El.