Traición y olvido

Autor: Adhemar Cuellar 


Job 9,27  A pesar de que digo: “Voy a olvidar mis quejas, cambiare de semblante y me pondré alegre”. 

Cuantas veces repetimos en nuestra vida: “quisiera olvidar mis penas, quisiera cambiar de semblante, quiero olvidar las tristezas y desengaños quiero estar alegre”

Cuando nos traicionan, en circunstancias que nuestra pareja nos ha sido infiel,  en el momento que nos abandonan, muchos de nosotros queremos olvidar y para ello, buscamos ahogar el dolor  en el alcohol, pensamos que la salida para olvidar es la embriaguez.

Otros  buscan  sustituir y olvidar un amor con otro diciendo:

 “un clavo saca otro clavo” 

Algunos quisieran imitar la actitud de Don Iracundo,  que se quejaba de su mujer diciendo a un amigo:

-ya no puedo vivir con ella quiero olvidarla, por eso me voy de viaje mañana mismo.

-Si quieres te acompaño, le dice su amigo.

Don Iracundo contesta:

No puedes venir conmigo, por que voy con mi esposa. 

¿Cómo? Pregunta el solidario amigo, si hace un instante me estabas diciendo que querías olvidarla…

Por eso mismo, dice don Iracundo, si la llevo conmigo de viaje, es por que quiero olvidarla, pero dejarla olvidada en alguna ciudad… 

¿Olvidar? ¿Que debemos hacer para olvidar?

Si usted quiere olvidar el sufrimiento, olvidar el dolor, olvidar una traición, acérquese a la cruz, recuerde que en el calvario estuvo Jesucristo,

El comprende mejor que nadie, lo que se siente estar abandonado,

El conoce acerca de la traición

Jesucristo conoce perfectamente el sufrimiento y la soledad

Acérquese al calvario, mire la cruz, abrase   la Cruz , en ella esta la sangre del  Mesías, esa sangre puede  borrar y sanar todas sus heridas  que fueron causadas por la traición el abandono y la infidelidad.  

Al acercarse al Señor clame:

 ¡Levántate, Señor, alza tu mano!  ¡No te olvides de los desdichados! (Salmo 10,12) 

En nuestras penas y lamentos, la promesa  para los que buscan y claman por ayuda celestial es la siguiente:

“Se te olvidaran tus penas y su recuerdo será como de aguas que pasaron. La vida será para ti más resplandeciente que el mediodía, en que los rincones mismos son todavía mañanas. Vivirás seguro, lleno de esperanza, serás protegido y te acostaras tranquilo”