El ratero

Autor: Adhemar Cuellar 

 

 

Galatas 6,9 “Así, pues, hagamos el bien sin desanimarnos, que a su debido tiempo cosecharemos si somos constantes”.
 
En esta carrera de fe, he visto a muchas personas que se cansan de servir al prójimo, pasa el tiempo, pasan los años,  y muchos se desaniman de seguir haciendo el bien a los demás, como dice su palabra, dejan de hacer el bien, por que  no vieron los frutos, por que la cosecha en abundancia que esperaban todavía no llego a sus vidas.
 
Dos amigos; Remigio y Romualdo  que no se veían durante mucho tiempo se encuentran:
-Remigio, que gusto verte, después de tanto tiempo
-Hola amigo mió, cuéntame como te ha ido,
¿Qué has hecho? ¿Qué haces? ¿A que te dedicas? Pregunta Romualdo
Remigio con voz fuerte y llena de orgullo dice:
- “Soy ratero
¿Qué has dicho? Replica Romualdo  asombrado, como que ratero, me quieres decir que te haz vuelto ladrón,  no lo puedo creer, mi querido amigo Remigio, tú convertido en Ratero.
Y el aludido ratero, interviene y dice a su confundido amigo:
-No me has entendido, si te digo que  soy ratero, es sencillamente por que trabajo  solo por ratos,  un día trabajo un rato, otra semana  otro rato, y así pasan mis días, solo trabajo por ratos, por eso te digo que soy “ratero”…
 
Que le parece, el concepto de este hombre, se llamaba a si mismo  “ratero” por que trabaja solo por ratos.
Sucede también en la iglesia,  cuando uno se acerca a Dios, se acerca al Señor, hace compromisos con El.  Hay muchos feligreses que deciden cambiar de vida,  deciden seguir al Señor:
- “Te seguiré a todos lados Señor” 
- “Te serviré en todo momento” 
- “Trabajare en todo tiempo anunciando la Buena Nueva de la Salvación ”
-  “Dedicare mi tiempo en ayudar y servir a mi prójimo” 
Son algunas de las frases que muchos decimos al tener una vivencia y encuentro con el Señor. Pero luego pasa el tiempo, pasan los meses, pasan los años, y los feligreses  que se comprometieron en el servicio al Reino de Dios,  se cansaron de ello,  otros se alejaron  del camino, tomaron otros rumbos, buscando quien sabe que reinos. 
 ¿Y los que quedaron?  ¿Qué paso con los feligreses que aun van con cierta regularidad a la iglesia?
Simplemente  ellos se convirtieron en: “RATEROS”  o sea que siguen al Señor, sirven al Señor, Trabajan en el Reino de Dios, pero lo hacen solo por ratos, o sea solo de vez en cuando, o de mes en cuando.
Hoy quiero invitarlo y mas que invitarlo quiero animarlo a que si algún día usted le entrego su vida y su corazón al Señor,  se comprometió a ser un servidor de su viña, vuelva a hacerlo como lo hacia antes,  con pasión, con animo, con perseverancia y constancia, sobre todo de una manera PERMANENTE.
 
Dios tiene un plan para su vida, Dios tiene un premio para usted,  el don de Dios, es invalorable, y este regalo usted lo obtiene a medida en que sigue el camino de la vida, este regalo se obtiene trabajando por su viña, ayudando y sirviendo al prójimo, sin desanimarse por las pruebas, luchas, batallas, problemas y dificultades que llegaron o llegaran  a su vida.
Una vez más leamos   la Palabra del Señor que dice:
“Así, pues, hagamos el bien sin desanimarnos, que a su debido tiempo cosecharemos si somos constantes.(Galatas 6,9) Amen.