Noviazgo o Matrimonio

Autor: Adhemar Cuellar 

 

  
Apocalipsis 3,20 “Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entrare en su casa y cenare con él y él conmigo”
 
¿Usted sabe como debería terminar un noviazgo?
Lidubino una noche llega a casa de su novia Lidubina, y con voz fuerte y firme dice a su amada:
-         Quiero terminar este noviazgo, Lidubina es hora de terminar este noviazgo
Lidubina ante esta petición de su amado, se entristece y con voz  tenue dice:
-         ¿Que paso? ¿Por qué esta decisión? ¿Ya no me quieres?  ¿existe otra en tu vida?
Y Lidubino con voz más firme que antes responde:
-No es lo que  estas pensando, no es lo que tu crees, si te digo que quiero terminar este noviazgo, es por que quiero casarme contigo, si te digo que quiero terminar este noviazgo es por que la mejor manera de hacerlo es con el matrimonio,  quiero casarme contigo, ya me canse de verte solo unas horas a la semana, ahora quiero verte todo el tiempo, mi amada Lidubina. ¿Me aceptas?... 
         
****************
 
Esta es una excelente ilustración de nuestra relación con Dios.
La relación espiritual que llevamos es parecida  al noviazgo, lo visitamos una vez por semana el domingo en la iglesia, hay otros que van mas allá de una visita por semana, acuden dos, tres, cuatro, cinco y hasta hay alguien que lo visite siete veces a la semana, pero que pasa luego de que vamos a la iglesia. 
Nos olvidamos de el,  Dejamos a Dios en la iglesia, creemos que ahí estará mejor que a nuestro lado
El novio luego de estar unas horas con la novia,  se va quien sabe adonde.  Lo mismo nos sucede a nosotros en la vida espiritual luego de estar una hora en la iglesia creemos que ya hemos cumplido nuestros deberes Cristianos.
Me pregunto: 
¿Cuántas veces Dios quería acompañarme y ser protagonista en todas mis acciones?
¿Cuántas veces  el Señor intento  estar no solo una hora conmigo?
¿Cuántas veces quiso caminar a nuestro lado?
¿Vivir con nosotros, morar en nuestro corazón todo el tiempo?
San Juan 14,23 Jesús le respondió “Si alguien me ama, guardara mis palabras, y mi Padre lo amara. Entonces vendremos a él para poner nuestra morada en él.”
 
Este día, en este momento, de la manera como Lidubino el novio enamorado  le pedía a su novia terminar el noviazgo. Dios toca las puertas de nuestro corazón y nos invita a comprometernos con El.  Nos invita a Amarlo guardando y cumpliendo su palabra.
Aprendamos de Lidubino y digámosle con emoción y convicción:
¡Si! Señor, quiero terminar este noviazgo, quiero terminar esto de estar solo un momento a tu lado, Hoy Señor  deseo y acepto comprometerme contigo y con tu reino,  deseo que mi corazón sea tu morada todo el tiempo las 24 horas de este día, todos los días de este mes,  Señor ansió que tu vivas en mi corazón los 365 días de este año  y los que tu me permitas vivir. Amen